17 febrero, 2025

Por qué la remolacha es un buen protector frente al ictus (sobre todo en las mujeres)


Su brillante color morado, su forma y su sabor peculiar hacen que la remolacha ostente un “punto de distinción” respecto al resto de los vegetales. Pero no todo es “fachada”: se trata de un alimento con muchas propiedades para la salud, debido principalmente a su contenido en antioxidantes y otros nutrientes. 
Teresa Partearroyo, profesora de Nutrición y Bromatología en la Universidad CEU San Pablo, describe a CuídatePlus cuáles son sus principales características nutricionales: “La remolacha es una rica fuente de nutrientes, como vitaminas, minerales, fibra y proteínas, y también de betalaínas y otros componentes con actividad antioxidante, como las cumarinas, los carotenoides, los sesquiterpenoides, los triterpenos y los flavonoides”.

Acción antiinfecciosa y antiinflamatoria

En base al tipo de compuestos que contiene, varios estudios han demostrado el nexo entre la ingesta habitual de remolacha y determinados efectos saludables: antiinflamatorio (las betalaínas, además de ser las responsables de su color, actúan frente a la inflamación); refuerzo del sistema inmune (por su contenido en vitaminas A y C y en zinc); sobre la salud intestinal (debido a su aporte de fibra)…
Pero tal vez sea a nivel cardiovascular donde la acción beneficiosa de este alimento es más relevante, ya que su ingesta habitual ha mostrado tener importantes beneficios sobre la circulación sanguínea, lo que a su vez se asocia tanto a la prevención de problemas cardiovasculares como al control de los factores de riesgo implicados. 
Concretamente, destaca su papel en la regulación de la presión arterial. Así, una de las últimas investigaciones realizadas al respecto reflejó que el consumo de dos remolachas al día disminuía considerablemente la presión arterial de los participantes, reduciendo en un 10% el riesgo de infarto y de ictus.

Menopausia y salud cardiovascular

En esta línea, un reciente estudio llevado a cabo por expertos de la Universidad Estatal de Pensilvania (EEUU) y publicado en Frontiers in Nutrition ha “acotado” aún más esta cardioprotección, poniendo de relieve los beneficios de la remolacha en la prevención del ictus y del infarto en las mujeres después de la menopausia. 
Los autores dividieron a las participantes en dos grupos (postmenopausia temprana y postmenopausia tardía), y todas consumieron, siguiendo unas pautas dietéticas estrictas, dos botellas de zumo concentrado de remolacha (la cantidad equivalente a tres remolachas grandes en cada botella), pasando después a una botella diaria durante una semana. 
Mediante ecografía Doppler, los investigadores confirmaron que había una importante mejora en el flujo sanguíneo lo que reducía el riesgo de enfermedades cardiovasculares en general y del ictus en particular en este grupo de población.
Teresa Partearroyo pone en contexto la relevancia de estos resultados en las mujeres postmenopáusicas, puesto que estas tienen un mayor riesgo cardiovascular debido a la pérdida del efecto protector del estrógeno, que es la hormona responsable de mantener las arterias flexibles y previene la formación de la placa de ateroma (que es resultado de la acumulación de grasa, colesterol y otras sustancias en las paredes de las arterias). 
Para la experta, los beneficios demostrados por este estudio pueden ser perfectamente extrapolables al resto de la población.

Todo es “culpa” de los nitratos

Los autores de la investigación hacen hincapié en que las propiedades protectoras de este alimento frente al ictus y el infarto se deben al tipo de nitrato que contiene, concretamente, nitrato natural o vegetal, que, según explican estos expertos, las plantas obtienen directamente del suelo, y siempre es preferible, desde el punto de vista de la salud, al nitrato cárnico.
Teresa Partearroyo explica el papel de que desempeña esta sustancia y por qué es tan importante: “El rol del nitrato alimentario en la prevención y el tratamiento de la enfermedad cardiovascular (ECV) se basa en su capacidad para convertirse en óxido nítrico (NO). Se sabe que el óxido nítrico, al entrar en la circulación, puede regular la hipertensión arterial y provocar la relajación y dilatación del endotelio (conjunto de células que están en el interior de arterias, venas y capilares y que tiene, entre otras, la función de regular el flujo sanguíneo)”.
“La remolacha contiene nitratos, los cuales pueden ayudar a modular la función mitocondrial, proteger contra la lesión por isquemia, regularizar la tensión y reducir el colesterol”, añade Partearroyo. “De hecho, se ha demostrado que la suplementación con nitrato dietético produce reducciones agudas y crónicas de la presión arterial en reposo y mejora la revascularización en la isquemia crónica”.
En el caso concreto de las mujeres menopáusicas, según refleja la investigación, el nitrato de la remolacha “supliría” en cierta medida una función en la que hasta este momento estaban implicados los estrógenos: estimular la producción natural de óxido nítrico. 
La versatilidad de la remolacha hace que resulte muy agradable y “dé mucho juego” consumida en forma de bebida. De hecho, tal y como destaca Teresa Partearroyo, la mayoría de los estudios sobre los beneficios que este alimento tiene para la salud se basan en el consumo de su zumo.
Además, la versión bebible supone una forma rápida y sencilla de acceder a todos los beneficios de este vegetal, ya que el zumo se elabora simplemente mezclando en una licuadora medio litro de agua (que se puede sustituir por leche o bebida vegetal si se prefiere hacer un batido) y dos remolachas (mejor cocidas) cortadas en trozos pequeños, hasta obtener una mezcla homogénea. Esta receta se puede enriquecer añadiendo naranjas y zanahorias (ambas combinan muy bien con la remolacha) o un toque de jengibre.

En la cocina: almacenaje y preparación

De acuerdo con Teresa Partearroyo, los beneficios del zumo son similares a los que se obtienen cuando la remolacha se consume entera. “Sin embargo, en este caso, se debe tener en cuenta que, si se almacena a temperatura ambiente, tiende a disminuir su contenido de nitratos, mientras que el de los nitritos (compuestos potencialmente tóxicos) aumenta con el tiempo”.
Para Partearroyo, este dato es importante, “ya que la ingesta de verduras contaminadas con nitritos puede ser perjudicial debido a la formación de una sustancia, la metahemoglobina que, en algunos casos, como en el de los lactantes, puede provocar trastornos serios”. “Por otro lado, el nitrato es muy soluble en agua, por lo que el lavado de la remolacha puede reducir sus niveles. La cocción también disminuye el contenido de nitratos, algo que, sin embargo, no ocurre en el caso de las betalaínas, los flavonoides, los polifenoles y las saponinas, que son fitoquímicos biológicamente activos presentes en la remolacha”, apunta la experta.

Cómo incluirla en la dieta habitual

En la investigación de la Universidad de Pensilvania, los efectos cardiosaludables de la remolacha se observaron tras su consumo diario, pero se redujeron hasta desaparecer aproximadamente 24 horas después de que los participantes dejaran de ingerir este zumo.
Esto pone sobre la mesa la cuestión de cómo incorporar este alimento de forma regular en los menús habituales con el objetivo de acceder a sus propiedades de forma mantenida en el tiempo.
Según Teresa Partearroyo, una opción es combinarla o alternarla con otros alimentos de características similares: “Algunos estudios indican que el efecto beneficioso de la remolacha se puede lograr también con la ingesta de vegetales ricos en nitratos”. En este grupo se encuentran las verduras de hoja verde (espinacas, rúcula, lechuga); otros vegetales de raíz (nabo, rábano); hierbas (cilantro, albahaca), el apio y el ruibarbo. “Sin embargo –advierte la experta- el efecto de una dieta alta en nitratos aún debe investigarse más”.
Asimismo, son muchas las recetas -además de la típica ensalada- en las que la remolacha es un ingrediente destacado y con las que se puede potenciar su presencia en los menús cotidianos. Un buen ejemplo de la amplia variedad de opciones se encuentra en Eat you beets (“Come tus remolachas), un popular blog dedicado específicamente a este alimento.
Estas son algunas de las preparaciones que sugiere la autora, Angela Milnes, una influencer culinaria que decidió poner en marcha esta publicación al comprobar los beneficios de la remolacha y otros vegetales en la mejora de sus problemas de salud (insuficiencia renal, diabetes y enfermedad de la vesícula biliar):
Remolacha asada con vinagre balsámico.
 
Raviolis de remolacha con queso de cabra.
 
Hummus o dip griego de remolacha.
 
Sopa o crema de remolacha.
 
Remolacha en escabeche.
 
Carpaccio de remolacha.
 
Salmón curado en remolacha.
 

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