La respiración también se entrena y ayuda a mejorar nuestro rendimiento físico. ¿Sabías que en función de cómo respires puedes mejorar tu forma física y llegar más lejos en tus entrenamientos? No sólo en la parte aeróbica sino también en los ejercicios de fuerza. En función de cuándo y cómo inhales durante la ejecución de un ejercicio es posible que te cueste más o menos realizarlo gracias, sólo, a la respiración.
Pero no sólo esto, sino que la respiración también puede considerarse en sí misma un entrenamiento de fuerza y resistencia. Así es el caso de la respiración diafragmática que se puede entrenar para ser más eficiente en los entrenamientos y también para evitar molestias lumbares, problemas de salud física y mental a corto y largo plazo.
¿Cómo se hace la respiración diafragmática?
La respiración diafragmática o profunda consiste en aprovechar la máxima capacidad de los pulmones, llenándolos lentamente de aire hasta lograr que el pecho y el abdomen se muevan; dicho movimiento se debe a que el diafragma, capa que divide al tórax del abdomen, empuja de arriba hacia abajo al abdomen.
En este vídeo, Víctor Téllez, entrenador personal, explica para CuídatePlus cómo se hace y cómo se entrena la respiración diafragmática.
Lo primero que hay que hacer es tumbarnos en el suelo boca arriba en una posición neutra.
El segundo paso es coger la cintura con los dedos pulgares y colocarlos en la zona de los riñones para notar el movimiento de la respiración.
La cabeza debe estar apoyada y relajada.
En esta posición, hay que inhalar y exhalar solo por la nariz. Cogeremos aire durante 3 segundos y lo expulsaremos en 6 segundos.
Hay que tener en cuenta que, durante la respiración hay que intentar hinchar el abdomen, al principio es complicado porque notaremos que también se hinchan los pulmones pero hay que trabajarlo para evitarlo.
El objetivo de este entrenamiento es exhalar en el doble de tiempo que inhalar.
Al exhalar vamos a sentir como el perímetro del abdomen se va reduciendo poco a poco. Debemos ser conscientes de este movimiento.
Hay que notar como se hunde el abdomen pero las costillas se abren y se cierran coordinadamente.
En el nivel más avanzado, cuando ya dominemos este primer nivel, realizaremos el mismo gesto pero con las piernas a 90 grados.
En esta postura el abdomen tendrá un trabajo extra.
Durante la respiración en esta posición es importante que la zona lumbar no se despegue del suelo y que aumente la presión de la espalda sobre el suelo.