21 abril, 2025

Qué es y qué síntomas tiene el linfoma de Hodgkin que padece Kirian


En España, cerca de 22.000 personas han recibido un diagnóstico de cáncer oncohematológico, una cifra que se prevé que para este año  aumente en más de 3.000 casos, con 25.770 nuevos diagnósticos, entre los que se encuentran, mayoritariamente, las leucemias, linfomas o mielomas múltiples.  
A pesar de su alta incidencia en la población -los tumores hematológicos son los 5º más frecuentes en nuestro país- la existencia de diferentes tipos y subtipos de estos cánceres de la sangre hacen que, muchas veces, sean difíciles de reconocer y diferenciar para la población general. 

Linfomas: qué son

El linfoma es el tumor de la sangre con un número mayor diagnósticos durante 2024, en concreto, se estiman que hay más de 12.300 nuevos casos. Se produce en el sistema linfático por la proliferación o alteración de los linfocitos, células de la sangre que juegan un papel fundamental en el funcionamiento correcto del sistema inmune
Del mismo modo que en la leucemia, no se conocen las causas, pero se señalan como factores de riesgo: la edad (dependiendo del tipo, más frecuentes en adultos jóvenes o en mayores de 55), más incidente en el sexo masculino, con el sistema inmunitario afectado o que hayan contraído el virus de Epstein Barr o Helicobacter pylori.

Linfoma de Hodgkin

En el caso concreto del linfoma de Hodgkin, este tumor “afecta al sistema inmune y es diferente de cualquier otro tipo de linfomas o tumores sólidos”, explica en detalle Mónica Estévez, experta en linfoma de Hodgkin y coordinadora del Programa de Trasplante Hematopoyético del MD Anderson Cancer Center en Madrid. Entre otros motivos, una de las grandes diferencias es “su alta tasa de curabilidad”.
La buena noticia es que se trata de un ejemplo de enfermedad curable: “En los estadios iniciales la curación está por encima del 90% y en estadios más avanzados, en torno al 70%”, señala. Además, añade, “incluso los pacientes que no se curan en primera línea, tienen una alta tasa de respuesta con la segunda línea”. Cada año se producen en España 1.400 nuevos casos, especialmente en jóvenes, siendo el tumor oncohematológico más común entre jóvenes de 15 a 30 años y con una afectación más frecuente en hombres que en mujeres.

Síntomas de alerta

La presentación clínica clásica de este tipo de cáncer es, como describe Estévez, “la aparición de un bulto en el cuello, que no desaparece tras un tiempo prudencial”. Suele ser “un ganglio que aumenta de tamaño paulatinamente en la zona cervical, aunque también puede aparecer en la zona axilar o inguinal, pero más infrecuentemente”. 
Además de este síntoma, algunas personas con linfoma de Hodgkin tienen lo que se conoce como síntomas B, según recoge la Sociedad Americana de Oncología:
Fiebre (puede ser intermitente durante varias semanas) sin una infección.
 
Sudoración profusa durante la noche.
 
Pérdida de peso involuntaria (al menos 10% del peso de su cuerpo durante seis meses).
A estos síntomas, desde la Sociedad Española de Oncología Médica, señalan además, “una anemia sintomática como consecuencia de la producción de sustancias (en los ganglios linfáticos inflamados) que bloquean la actividad de la médula ósea, o bien, porque las células malignas invaden la médula ósea”.
Los linfomas en general, tanto Hodgkin como no Hodgkin, “no son curables con cirugía, por tanto, el concepto de detección precoz no es aplicable en ellos, ni existen pruebas de screening poblacional como es el caso del cáncer de mama o de colon”, según explica Estévez.
La diferencia entre detectarlo en un estadio más precoz o más avanzado es que el tratamiento “será más o menos largo”, recuerda.
En función de esto, ¿cuándo deberíamos acudir al médico para el diagnóstico? Según cuenta Estévez, “la causa más frecuente de aparición de un ganglio en la zona cervical es una infección en la zona orofaríngea (una muela, una faringoamigdalitis, una otitis, una infección viral)”. 
Por tanto, su consejo es “acudir a una consulta médica en el caso de que un ganglio persista a pesar de las medidas terapéuticas oportunas, como el uso de antiinflamatorios o antibióticos,  más allá de 20-30 días”. También sería recomendable acudir al médico “en el caso de que el tamaño del ganglio tenga un crecimiento muy rápido y en pocos días”.
La única manera de poder diagnosticar es, según señala la experta, “extirpando el ganglio y siendo analizado por un anatomopatólogo”.

Grados en función de la gravedad 

En este tipo de linfomas se distinguen principalmente cuatro estadios, dependiendo de las zonas glanglionares afectadas. Así, “el estadio I sería una enfermedad localizada y el IV, más avanzada”, resume la experta del MD Anderson.
En función de esto, el tratamiento será uno u otro. Tal y como apuntan desde la SEOM, “el tratamiento del linfoma de Hodgkin se adapta a cada paciente según pertenezcan a uno de estos tres grupos pronósticos”:
Estadios iniciales de pronóstico favorable: pertenecen a este grupo todos los pacientes con estadios I y II que no presentan ninguno de los factores pronósticos desfavorables referidos en el grupo 2. Representan un 15-20% de los casos. La probabilidad de curación de este grupo está en torno al 95%.
 

Estadios iniciales de pronóstico desfavorable: pertenecen a este grupo los pacientes con estadios I y II que presentan uno o más de los siguientes factores pronósticos:
Presencia de enfermedad en el mediastino mayor de 10 cm. 
Afectación de 2 o más áreas ganglionares.
Afectación por continuidad de órganos no linfáticos. 
Velocidad de sedimentación de más de 50 mm. 
Presencia de síntomas B.

Este grupo representa la mitad de todos los casos de linfoma de Hodgkin. La probabilidad de curación se encuentra en torno al 90%.
Estadios avanzados: pertenecen a este grupo todos los pacientes con estadio III o IV. Suponen un 30-35% de todos los casos y su posibilidad de curación es cercana al 80%. Antes de iniciar el tratamiento de los estadios avanzados se debe valorar la presencia o no de siete factores pronósticos:

Albúmina en sangre < 4 gr/dl. Hemoglobina < 10,5 gr/dl.  Sexo varón.  Estadio IV.  Edad ≥ 45 años.  Recuento de leucocitos ≥ 15.000/mm3.  Recuento de linfocitos < 600/mm3 o menos del 8% del recuento total de leucocitos.  
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