9 febrero, 2025

Reducción de la tasa de alcohol, ¿con cuántos vinos, cervezas y copas se daría positivo?


Solo se puede comenzar de una forma: el consumo de alcohol de bajo riesgo es el cero. Empezando siempre por ahí, se puede seguir con la proposición no de ley que se votará este jueves en el Congreso. Se trata de rebajar la tasa de alcoholemia al 0,2 gramos por litro de sangre (g/l), lo que supone menos de la mitad de lo permitido en la actualidad (0,5 g/l). 
Que el alcohol y la conducción no van de la mano es una idea que ha ido calando cada vez más en las últimas décadas. Sin embargo, el porcentaje de conductores fallecidos por sobrepasarse con la bebida sigue asustando: un 32,7% en 2023. Según la Dirección General de Tráfico (DGT), a partir de 3 g/l la conducción se hace imposible, pues el individuo entra en un estado de estupor y embriaguez profunda, así como en una progresiva inconsciencia. Si la tasa de alcoholemia sobrepasa los 4 g/l, es cuando ya la persona entra en riesgo de coma; y, con más de 5 g/l, de muerte.
La medida propuesta por el Grupo Parlamentario Socialista pretende acabar con la percepción generalizada “de que un consumo moderado es aceptable y está permitido y solo los excesos están prohibidos”. En este sentido, “una tasa de 0,2 g/l supondría, en términos prácticos, llevar a la norma la regla de que solo un consumo cero es seguro”. Guadalupe Blay Cortés, responsable del Grupo de Trabajo de Endocrinología y Nutrición de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), cuenta a CuídatePlus que el nuevo límite lo representaría una copa de vino de 10 mililitros. 
La experta advierte que, a la hora de aplicar la tasa de alcoholemia, el sexo debería ser importante: “Según los estudios, la tasa ideal sería de 0,4 en varones y de 0,2 en mujeres. Habría que diferenciar por sexos. Si a una mujer le dieran un tercio de cerveza, daría más de 0,4. Casi sobrepasaría la tasa permitida por la legislación actual”. 
Eso sí, Blay aclara que no solo la cantidad de alcohol y el sexo determinan la cantidad de esta sustancia en la sangre. Existen otros factores a tener en cuenta, como la edad, el grado de tolerancia, ciertos medicamentos o la constitución, “pues no es lo mismo estar delgado que tener sobrepeso u obesidad. La capacidad de absorción es más rápida en una persona delgada”. Sobre la velocidad de absorción del alcohol, esta depende de, entre otros elementos, la cantidad de alimentos que se hayan ingerido o de con qué bebida se haya mezclado el alcohol (las carbonatadas aumentan la velocidad de absorción). 

¿Cuántas cervezas, vinos y cubatas?

De acuerdo con la DGT, un hombre que pesa entre 70 y 90 kilogramos presenta una tasa de alcoholemia que oscila entre los 0,21 y 0,28 g/l bebiendo un tercio. Según los límites actuales, podría beber hasta dos; pero si la iniciativa propuesta entrara en vigor, daría positivo ya con una cerveza. 
En cuanto al vino, el riesgo de superar la tasa vigente existiría a partir del tercer vaso en el hombre. No obstante, consumiendo uno, ya podría alcanzarse el 0,2 mg/l. En el caso de la mujer (de entre 50 y 70 kilos), una copa de esta bebida supone entre 0,25-0,35. 
Un ejemplo más: un combinado o cubata de 50 ml y 38 grados de alcohol. Los varones conductores darían positivo si llevaran en el cuerpo dos cubatas. Si se aplicara la nueva medida, con un vaso, que oscila entre los 0,25 y los 0,32, ya darían positivo. Respecto a las conductoras, un combinado con estas características ya puede suponer rebasar la tasa permitida en la actualidad: 0,39-0,55; cifras que aumentan hasta los 0,78-1,10 con dos copas. 

Los primeros efectos del alcohol en la conducción 

El alcohol es una sustancia psicoactiva que actúa como depresor del sistema nervioso central. “Aparte de las enfermedades que puede generar a largo plazo, produce alteraciones en la percepción y en la concentración”, apunta Blay. Asimismo, la especialista explica que su consumo disminuye la capacidad de reflejo y de reacción. La visión en túnel también es típica en estas circunstancias: “Se calculan peor las distancias, no se ve bien los arcenes y se percibe peor el color rojo. Como afecta a la vista, también se corre el riesgo de verse deslumbrado por algún coche”. Por otra parte, la euforia que provoca el alcohol lleva a la imprudencia. 
Además, es importante recordar que esta sustancia daña la salud en el mismo momento en que se empieza a consumir. En este punto, el Instituto Nacional sobre el Abuso del Alcohol y el Alcoholismo de Estados Unidos alerta de que cualquier persona que consume mucho alcohol demasiado rápido puede estar en peligro de una sobredosis y señala cuáles son los síntomas más preocupantes de esta:
Confusión mental.
 
Dificultad para permanecer consciente.
 
Vómitos y convulsiones.
 
Respiración lenta (menos de ocho respiración por minuto) o irregular (10 segundos o más entre respiraciones).
 
Ritmo cardíaco lento.
 
Piel húmeda y fría, así como una temperatura corporal extremadamente baja.
 
Falta de reflejo ante náuseas, algo que previene la asfixia.

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