El humorista Santi Rodríguez se enteró casi por casualidad de que padece enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Conoció a una pareja de médicos en un viaje en AVE y les comentó que nunca había acudido a la consulta del neumólogo a pesar de haber fumado y presentar ciertos síntomas característicos de los fumadores empedernidos (en su caso, más de un paquete diario de cigarrillos). La facultativa, que ahora es su amiga y se ha convertido en su “ángel de la guarda”, le dijo: “Santi, ¿no te has hecho nunca una espirometría para saber si tienes EPOC? Dicho y hecho: acudió a consulta y, tras realizar la prueba, recibió el diagnóstico: EPOC. “En mi caso, afortunadamente, es leve”, comenta.
“Una prueba tan sencilla como la espirometría puede cambiar vidas”, ha señalado el actor, que ha participado en una campaña de concienciación de la Sociedad Española de Neumología y cirugía Torácica (Separ) y la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) con motivo del Día Mundial de la EPOC, que se celebra el tercer miércoles de noviembre. Rodríguez anima especialmente a fumadores y exfumadores a solicitarla. “El diagnóstico temprano no solo mejora la calidad de vida, sino que también puede evitar complicaciones futuras”, asevera.
La espirometría, que es indolora y no invasiva, constituye la prueba básica para detectar la presencia de enfermedades respiratorias. Consiste en respirar por la boca a través de un pequeño tubo, siguiendo las indicaciones del profesional sanitario encargado de realizarla.
La espirometría es una prueba sencilla, indolora y no invasiva. (Foto: Shutterstock)
Infradiagnóstico de la EPOC
El humorista llevaba años experimentando síntomas propios de la EPOC antes de ser diagnosticado, algo que no resulta en absoluto excepcional cuando se conocen las cifras de infradiagnóstico de esta enfermedad: se calcula que en España ascienden a un 75% los casos sin identificar.
Se trata de una patología que afecta a 3 millones de hombres y mujeres en nuestro país y que supone la tercera causa de muerte a nivel mundial. En 2021 ocasionó 3,5 millones de defunciones, lo que representa aproximadamente el 5% de todas las muertes a nivel global. Engloba enfermedades como el enfisema y la bronquitis crónica y su principal causa es el tabaquismo, aunque también puede haber casos debidos a la exposición a contaminantes.
Estas afecciones afectan progresivamente la capacidad respiratoria, limitando la realización de actividades cotidianas y condicionando significativamente la calidad de vida. Esta patología, aunque es prevenible y tratable, está estrechamente relacionada con otras condiciones graves, como las enfermedades cardiovasculares. En los pacientes con EPOC, el riesgo de infarto o insuficiencia cardíaca puede ser hasta 8 veces superior.
Síntomas y signos de alarma de la EPOC
Los síntomas de la EPOC varían, sobre todo, en función de la gravedad. Los más característicos son los siguientes:
Dificultad para respirar o falta de aire (disnea).
Tos crónica (generalmente con expectoración).
Fatiga, cansancio.
Sibilancias al respirar (pitidos).
Infecciones respiratorias repetidas.
Coloración violácea de dedos o labios (cianosis).
Ansiedad, depresión.
Prevención y tratamiento
“La EPOC es una enfermedad prevenible y tratable, asociada al tabaquismo y la exposición a contaminantes. Reducir estos factores podría disminuir los casos”, subraya Antonia Ocaña Padilla, miembro del Grupo de Trabajo de Patología Respiratoria de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).
En las personas que la padecen, añade la facultativa, “la prevención de infecciones (que desencadenan exacerbaciones) es crucial, ya que éstas empeoran la función pulmonar, aumentan las complicaciones cardiovasculares y elevan la mortalidad. Medidas como la vacunación, el uso de mascarillas y el lavado de manos previenen infecciones respiratorias, y así mejoran la calidad de vida de los pacientes”.
Por lo tanto, la primera medida terapéutica es abandonar el tabaco. A partir de ahí, el especialista pautará la utilización de broncodilatadores para mejorar los síntomas y fármacos antiinflamatorios para disminuir el número de crisis. Casi todos los medicamentos utilizados para tratar la EPOC se administran con inhaladores.
En pacientes con la enfermedad en estado avanzado, en muchos casos se requiere oxigenoterapia.