22 abril, 2025

Skyrizi: así es el nuevo fármaco para tratar la colitis ulcerosa


La colitis ulcerosa (CU) y la enfermedad de Crohn son patologías que se engloban dentro de lo que se conoce como Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII). Según la Confederación de Asociaciones de Enfermos de Crohn y Colitis Ulcerosa de España (ACCU), se calcula que alrededor del 0,7% de la población tiene EII en nuestro país, lo que equivale a unas 360.000 personas. Esta incidencia aumenta en 10.000 nuevos casos al año. 
Ambas presentan inflamación intestinal crónica y están causadas por factores inmunológicos, genéticos y ambientales. En el caso de la colitis, se caracteriza por afectar de manera difusa, y prácticamente en exclusiva, a la mucosa del colon. El síntoma más habitual es la presencia de sangre en las heces. Así pues, se trata de una afección heterogénea, idiopática, crónica, sistemática y limitante. En este sentido, se estima que más del 40% de los pacientes con CU en España no alcanza el control de su enfermedad.
Ahora, la compañía biofarmacéutica AbbVie ha anunciado la disponibilidad de la nueva y cuarta indicación del fármaco Skyrizi (cuyo principio activo es risankizumab) para pacientes adultos con colitis ulcerosa activa de moderada a grave que han tenido una respuesta inadecuada o han sido intolerantes al tratamiento convencional o a un fármaco biológico. Este medicamento ya estaba indicado para abordar la psoriasis en placas, artritis psoriásica y enfermedad de Crohn. 
“Al tratarse de una patología crónica, es fundamental seguir ampliando el arsenal terapéutico y garantizar que tanto los pacientes como los profesionales sanitarios dispongan de opciones innovadoras y adaptadas a sus necesidades específicas y además que estas sean plenamente compatibles con su calidad de vida”, ha destacado Luis Nudelman, director médico de Abbvie España, en la presentación de la nueva indicación del fármaco. 
Sobre la curación mucosa que se busca con este tratamiento, se define como la ausencia de úlceras en la mucosa en el tracto intestinal tras una evaluación endoscópica. Alcanzarla se asocia con mejorar el pronóstico de los pacientes y el control de la enfermedad a largo plazo. En caso contrario, si no se logra, se pueden producir consecuencias significativas al aumentar el riesgo de hospitalizaciones y colectomía (extirpación quirúrgica, parcial o total, del colon). 
En este contexto, Federico Argüelles, jefe de sección de la Digestivo del Hospital Universitario Virgen Macarena y Profesor de la Facultad de Medicina de Sevilla, ha incidido en el hecho de que “los PROs (resultados informados por el paciente, según sus siglas en inglés) son considerados también fundamentales en la evaluación del tratamiento de la CU. En el caso de los estudios de este tratamiento, se muestran datos de mejoría a corto plazo en diferentes PROs, como la urgencia intestinal, interrupción del sueño, fatiga o dolor abdominal”. 

Asimismo, el perfil de seguridad observado ha demostrado ser consistente con la experiencia y perfil conocido en otras indicaciones ya aprobadas para la psoriasis, la artritis psoriásica y enfermedad de Crohn. 
En cuanto a las dosis recomendadas de este fármaco son:
1.200 mg administrados por perfusión intravenosa en la semana 0, semana 4 y semana 8 de tratamiento. 
 
180 mg o 360 mg de fármaco administrados por vía subcutánea cada 8 semanas, a partir de la semana 12 de tratamiento.

Más allá de los síntomas digestivos

Junto con los síntomas intestinales como la diarrea, el dolor abdominal, el sangrado rectal o el tenesmo (sensación urgente de necesitar de evacuar, aunque el intestino esté vacío), hasta un tercio de las personas con CU pueden sufrir manifestaciones que afectan a otros órganos, como las articulaciones o la piel. 
“La colitis ulcerosa también induce depresión y ansiedad, siendo estos los trastornos psiquiátricos más frecuentes en pacientes con esta dolencia. Las interrupciones del sueño también forman parte de la CU, estando presente en hasta 6 de cada 10 pacientes con la enfermedad activa. Además, el 40% de las personas con CU informa de fatiga”, ha explicado Argüelles. De hecho, ha continuado, las personas con EII pueden llegar a ir al baño hasta 20 veces al día, con el impacto asociado que esto trae consigo. Por último, ha destacado que la cronicidad de la patología también agudiza esta carga emocional. 

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