21 noviembre, 2024

Somos endocrinos y esto es lo que debes saber sobre los riesgos de las bebidas energéticas


Las bebidas energéticas son productos diseñados para proporcionar un aumento temporal de la energía, la atención, el rendimiento y la concentración, explica Antelm Pujol, especialista en Endocrinología y Nutrición y formador en entrenamiento y nutrición.
Estas bebidas de uso deportivo suelen llevar adicionadas sustancias estimulantes como cafeína, extractos vegetales como el guaraná o el ginseng, así como aminoácidos, vitaminas y en general un alto contenido de azúcares, indica Begoña Molina, especialista en Endocrinología y Nutrición, en el centro Médico D-Médical.
Su uso en el deporte se generalizó como ayudas ergogénicas, es decir una ayuda al rendimiento deportivo, dentro de la práctica de una actividad física de alta intensidad, señala la doctora Molina. “El problema es que se están usando como bebidas estimulantes a modo de refrescos en especial por población joven y erróneamente por muchos deportistas como bebidas hidroelectrolíticas”, apunta esta experta.

Riesgos de la cafeína

Y el alto contenido en cafeína y otros estimulantes confiere riesgos para la salud especialmente a nivel cardiovascular y ello hace que, por tanto, no se recomienden en población general, según indica la doctora Molina.
“La cafeína sabemos que es un ingrediente efectivo en la mejora del rendimiento cognitivo. Pero debe usarse correctamente”, advierte Antelm Pujol.

Efectos

Así, si se superan las dosis máximas recomendadas puede aparecer nerviosismo, insomnio, y palpitaciones. El doctor Pujol recuerda también que la vida media de la cafeína es de aproximadamente 8 horas y por tanto, si se quiere asegurar un buen descanso en calidad y cantidad, se recomienda evitar su consumo en ese intervalo de tiempo antes de irse a dormir.
Se consideran bebidas con alto contenido en cafeína aquellas que aportan más de 15 miligramos de esta sustancia por 100 mililitros de bebida. Normalmente, de media, las llamadas bebidas energéticas contienen 32 mg de cafeína/100 ml.
Ejemplos de equivalencias
Volumen lata      Contenido cafeína total por lata       Equivalencia cafés expreso
250 ml                80 mg de cafeína por lata                 1 café expreso
330 ml                105,6 mg de cafeína por lata            1,32 cafés expreso
500 ml                160 mg de cafeína por lata               2 cafés expreso 
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición recuerda que un consumo excesivo de cafeína puede provocar efectos fisiológicos no deseados que van desde la alteración del sueño, tanto en el tiempo necesario para conciliarlo como su duración, hasta efectos psicológicos y alteración del comportamiento, así como trastornos cardiovasculares.
En concreto, este organismo recuerda que el consumo de más de 60 miligramos de cafeína en adolescentes de 11 a 17 años (unos 200 mililitros de bebida energética con 32 mg de cafeína/100ml) puede provocar alteraciones del sueño. A partir de 160 miligramos de cafeína (500 mililitros de una bebida energética con 32 mg de cafeína/100ml), puede provocar efectos adversos generales para la salud: efectos psicológicos, alteraciones comportamentales y trastornos cardiovasculares. Estos efectos se sumarían a los de otros alimentos que contengan cafeína: café, té, chocolate, guaraná, etcétera.

Dependencia

Además, un consumo regular de cafeína puede causar dependencia física moderada a partir de 100 mg/día y tolerancia a esta sustancia, creando la necesidad de consumir una dosis mayor que la inicial para conseguir un efecto similar al original.
Como promedio, muchas de estas bebidas energéticas contienen en una lata estándar de 330cc más de 100 mg de cafeína, lo que supone cerca de un café y medio tipo expreso, que se va a ingerir en general en un periodo de tiempo corto y con una absorción más rápida, junto con una alta cantidad de azúcar.

Contenido en azúcares

Y es que otro de los ingredientes de estas bebidas son los azúcares, que pueden aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular, enfermedades metabólicas y producir aumento de peso u obesidad. Por ello es muy importante leer y saber interpretar de modo adecuado las etiquetas de los productos para conocer su composición, recalca la doctora Molina.
“Como norma general debemos leer los etiquetados de todo aquello que consumamos, teniendo en cuenta que el contenido de los componentes del producto se va a expresar por 100 mililitros,
pero no por el volumen total que se va a consumir, y por tanto hay que hacer el cálculo de la dosis según el envase de la bebida”, explica esta especialista en Endocrinología y Nutrición. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición en sus recomendaciones sobre el consumo de este producto indica que las bebidas energéticas con azúcares pueden contribuir a exceder la ingesta diaria recomendada de azúcares simples (50 g al día según la recomendación de la OMS) ya que una lata de 250 ml aporta entre 27,5 y 30 g y el envase de 500 ml entre 55 y 60 g.

No suplen reposición de agua y electrolitos

En lo que a la práctica de actividad física se refiere es importante dejar claro que el uso de estas bebidas no suple la reposición de agua y electrolitos, “y que las energéticas no son bebidas isotónicas”. Por tanto durante y tras la práctica deportiva es necesario asegurar una correcta rehidratación, especialmente con agua.
Y es que uno de los errores entre la población general es confundir las bebidas energéticas con las de reposición hidroelectrolítica, cuando son productos diferentes en su composición y con fines diferentes, recalca la doctora Molina.
Preocupa especialmente la creciente afición a este tipo de bebidas entre la población joven que las consumen de manera indiscriminada como si fueran refrescos.
Otra cuestión importante a tener en cuenta es que no deben combinarse bebidas energéticas con bebidas alcohólicas. Estudios recientes demuestran que el consumo de alcohol mezclado o en combinación con bebidas energéticas conduce a estados subjetivos alterados que, entre otros efectos, incluyen una disminución de la percepción de intoxicación etílica.

Consecuencias negativas

Begoña Molina concluye recalcando que el uso de estas bebidas no es recomendable con carácter general por las consecuencias negativas a nivel:
· Cerebral: hiperestimulación del sistema nervioso central e insomnio.
· Cardiovascular: hipertensión y arritmias
· Metabólico: náuseas, diarrea, obesidad y osteoporosis a largo plazo
 

Bibliografía:

 

Fuente

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