La flacidez facial es uno de los principales signos del envejecimiento cutáneo y para su abordaje se siguen múltiples estrategias. Una de las opciones es realizar gimnasia o yoga facial, a través de ejercicios que ayuden, en combinación con otras estrategias, a evitar la pérdida de firmeza en el rostro, según explica M. Covadonga Martínez-González, doctora en Dermatología, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología y autora de la escala DEBIE (Dermatología Estética y Bienestar Emocional), descrita en la revista Journal of Cosmetic Dermatology.
Causas de la flacidez
La flacidez en el rostro se produce por una pérdida de firmeza de la piel, debido a la reducción de sustancias como elastina, colágeno y ácido hialurónico, así como a cambios en las estructuras de sostén, como son la grasa, los músculos y los huesos.
Signos donde se manifiesta
Los signos de la flacidez del rostro se muestran principalmente en áreas como:
El párpado superior.
La zona del doble mentón.
Las mejillas.
El tratamiento princeps para el abordaje de la flacidez instaurada es la cirugía, pero antes de llegar a plantearse un lifting facial existen otras opciones que pueden ser consideradas, con tratamientos médicos como rellenos inyectables, utilización de hilos tensores, inyección de toxina botulínica, administración de radiofrecuencia o de ultrasonidos focalizados de alta intensidad- HIFU.
Claves para prevenir la flacidez
No obstante, una cuestión clave tanto en la prevención como en el mantenimiento de las estrategias frente a la flacidez es llevar unos hábitos de vida saludables, recalca esta dermatóloga de Oviedo, que pasan por:
Otros factores que influyen en el envejecimiento cutáneo pero que ya no son modificables son: la edad, la genética y la pérdida de estrógenos asociada a la menopausia.
En qué consiste el yoga facial
Además de los tratamientos médicos, una opción para tratar de prevenir o paliar la flacidez es la realización de gimnasia o yoga facial, con la que se busca reeducar, reestructurar, tonificar, estirar, saber relajar y desarrollar la masa muscular del tejido facialsin hipertrofiarla, precisa esta dermatóloga. “De lo que se trata es de tonificar el rostro hacia donde queremos”, indica.
Seis ejercicios que se pueden realizar en casa
Algunos ejercicios sencillos pero eficaces para conseguir este objetivo y que se pueden realizar en casa son los siguientes:
Colocar los labios como si fuésemos a decir una letra O exagerada, tratando de que los labios cubran los dientes y empujando a la vez ligeramente la barbilla hacia abajo. Mantener la tensión en esa posición durante unos 5-10 segundos y relajar la musculatura. Repetir el ejercicio unas 3 veces.
Repetir el ejercicio anterior esta vez con las manos apoyadas en los pómulos y tirando ligeramente con las manos hacia arriba, para intensificar el efecto. Mantener la postura 5-10 segundos y repetir unas 3 veces.
Forzar una sonrisa: la risa es un ejercicio muy beneficioso para activar la musculatura facial. Se coloca la boca como si se fuese a pronunciar una letra E, levantando las comisuras de los labios, sonriendo hasta mostrar los ocho dientes superiores, se mantiene la posición 5-10 segundos y se relaja la musculatura. Repetir tres veces. Con este ejercicio se trabaja, entre otros, el músculo risorio, los cigomáticos y se estira el corrugador de los labios.
Para trabajar el músculo frontal se sitúan las manos haciendo una ligera presión con las yemas de los dedos por encima de cada una de las cejas, tratando de subir éstas mientras las manos tiran ligeramente hacia abajo. Mantener 5-10 segundos y repetir tres veces.
Para trabajar la zona del entrecejo, donde se sitúan los músculos corrugador y procerus (cuya contracción se traduce en el ceño fruncido), se coloca cada mano con las yemas de los dedos en la cabeza de cada ceja y se van desplazando las yemas hacia afuera como si se quisiera abrir el entrecejo. Se puede terminar con un automasaje circular en las sienes, donde se sitúa el músculo temporal. Repetir tres veces.
Una de las zonas en las que más se puede manifestar la flacidez es la papada o doble mentón. Para fortalecer los músculos submandibulares es útil llevar el dorso de la lengua hacia el paladar superior aplastándolo con fuerza, llevando la lengua un poco hacia delante, permitiendo que la mandíbula también avance un poco, con la boca cerrada sin tensión. Intentar no forzar el cuello, que en este ejercicio está relajado. Se puede controlar el perfil del rostro en un espejo para facilitar la localización del trabajo muscular. Mantener la tensión 5-6 segundos y relajar. Repetir el ejercicio 3 veces.
Claves para controlar la postura
La recomendación es realizar estos ejercicios sentados o de pié, frente a un espejo, controlando la postura global y del torso y cuello, erguida, pero sin tensiones, con el cuello largo y los hombros alejados de las orejas, indica la doctora M. Covadonga Martínez-González. “Se aconseja acompasar la realización de los movimientos con el ritmo de la respiración nasal, haciéndola consciente, sosegada y alargando un poco la espiración, lo que ayuda a que nos concentremos en el músculo o grupo muscular concreto que estamos trabajando”.
Estos ejercicios deben realizarse con regularidad, dos o tres veces por semana hasta de forma diaria, según los casos.