La temporada navideña está llena de alegría, pero también puede ser un momento estresante debido a la compras de regalos, las fiestas y los viajes. La preocupación por gastar demasiado dinero o no poder gastar más, extrañar a allegados, comer o beber demasiado o discutir con familiares también serían otros factores que pueden provocar más estrés en Navidad.
“Llegamos a las Navidades con lo que podríamos llamar un cansancio acumulado desde el verano. Los estudios han constatado que los niveles de estrés aumentan en esta época”, señala Ovidio Peñalver, psicólogo terapeuta, quien apunta algunas de las razones de este incremento: “Suponen un gasto extra, en el ambiente hay más luces, ruido y tráfico de lo normal, si haces la cena en tu casa te toca cocinar más, los niños están de vacaciones o te ves obligado a ver a algunos familiares”.
Señales de que estás estresado
Los síntomas de que estás estresado pueden ser físicos y mentales. Entre los psicológicos se incluyen:
La falta de motivación o concentración
La irritabilidad
La ansiedad
La depresión.
Entre los físicos:
Dolor lumbar
Dolor de cabeza
Dolor de estómago o de las articulacione
Pérdida de apetito
Rigidez de hombros
Fatiga visual
Insomnio
Diarrea o estreñimiento.
Otras señales de estrés podrían ser el aumento del consumo de alcohol y/o tabaco, cometer más errores, sufrir más accidentes laborales o comer en exceso.
La clave para evitar estresarse en las fiestas de Navidad
Para este especialista, la clave para mantener la calma en las celebraciones navideñas está en la autogestión emocional: “Si tú entiendes que te pones nervioso o que vas a perder la calma, date automensajes tranquilos, como que ‘esto solamente es una noche o “venga, respira, no pasa nada’. O incluso, vete al baño, aunque no te apetezca, te echas agua en la cara y respiras 10 veces”. Se trata de autogestionarse a través de los propios pensamientos y poner el foco en lo positivo, como pensar que estás con tus hermanos o primos que hace tiempo que no ves. “Dos no discuten si uno no quiere”, puntualiza el psicólogo.
No obstante, dada la variedad de estresores y de personas, el psicólogo también da estos consejos para estar tranquilo:
Si puedes, elige con quién te sientas. “Si es una celebración grande ya con 8 o 10 personas, es importante elegir y ponerte al lado del primo o del hermano con el que mejor te lleves”. O también podría valer sentarse lo más lejos posible de quien sabes que tienes el riesgo de discutir.
Establecer límites. “No tienes por qué ir a todas las celebraciones. En un momento dado, puedes decir ‘no puedo, no me encuentro bien o ‘nos vamos a ver pasado mañana, hoy no puedo ir’. La máxima sería cuidarte a ti por encima de lo demás”.
Controlar y gestionar muy bien los horarios. “Si sabes que a cierta hora se empieza a beber y con el puro y la copa se empieza a hablar de política, pues te vas antes de que eso suceda”.
No beber o beber de una manera muy controlada. “El alcohol predispone a discusiones”.
No hablar de temas sensibles. “Donde intuyas que puede haber problemas, como es la política o la crianza de los niños, pues evítalos”.
Evitar temas sensibles personales en público. “Imagínate que alguien tiene una enfermedad que le han hecho un diagnóstico hace poco. O que está viviendo un duelo. O que se acaba de divorciar. Pues pregúntale si quieres en privado. Pero en público puede sentarle mal”.
La gestión de expectativas. “Muchas veces, la satisfacción o insatisfacción que yo tengo en un evento depende de las expectativas que he puesto en el mismo. Si en tu familia hay problemas y ha habido movidas históricamente, la expectativa es ir a pasar la noche y brindar. No esperes abrazos o besos”.
Ser asertivo. Por ejemplo, ante un tema del que no te apetece hablar, decir “prefiero no abordarlo y que hablemos de esto otro”. La asertividad implica no ser agresivo, pero tampoco pasivo. “Ni digo lo que opino diciendo que esta es la verdad y tú estás equivocado. Pero tampoco pasivo, es decir, que me callo y no digo lo que opino, si es que no opino igual que tú”. Y Peñalver añade: “La asertividad es ser firme con el tema y suave con la relación. Soy auténtico, sincero y digo lo que opino, ahora bien, respetando otro punto de vista y cuidando las formas. Esto es un arte más que una ciencia”.