17 febrero, 2025

Un nuevo estudio alerta del consumo de café a partir de los 60: Esto es lo que puede pasar si tomas demasiado


El café es bueno para la salud y así lo señalan multitud de estudios. Entre sus efectos destacan que es “estimulante del sistema nervioso central, que favorece la contracción muscular, que aumenta la capacidad respiratoria y que retrasa la fatiga”, informa a CuídatePlus Carlota Pérez Sánchez, farmacéutica y nutricionista (@carlotap.nutricion). 
Tomar entre 3 y 5 tazas al día es saludable para la mayoría de la población e, incluso, recomendable para sectores como los estudiantes o los deportistas ya que mejora la concentración y aumenta el rendimiento físico. Sin embargo, recientemente se ha publicado un estudio que señala que beber más de tres tazas de café al día en mayores de 60 años estaría realizado con un deterioro cognitivo más rápido.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores examinaron el impacto de diferentes cantidades de café y de té en la inteligencia fluida, esto es una serie de medidas de las funciones cognitivas que incluyen el razonamiento abstracto, el reconocimiento de patrones y el pensamiento lógico.
“El consumo moderado de café está bien pero un consumo elevado puede ser perjudicial”, señala la investigadora del estudio, Kelsey R. Sewell, del Advent Health Research Institute, Orlando.
Los resultados del estudio se presentaron el 30 de julio en la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer (AAIC) 2024. 

Elevado consumo de café

Varios estudios también sugieren que el café puede reducir el riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer, explica la experta, sin embargo, existen datos longitudinales limitados sobre las asociaciones entre el consumo de café y té y el deterioro cognitivo, en particular en dominios cognitivos específicos.
El grupo de Sewell publicó previamente un estudio de adultos mayores sin deterioro cognitivo que encontró que un mayor consumo de café estaba asociado con un deterioro cognitivo más lento y una acumulación más lenta de beta-amiloide en el cerebro.
Su estudio actual amplía algunos de los hallazgos anteriores e investiga la relación entre el consumo de café y té y el deterioro cognitivo a lo largo del tiempo en una muestra más grande de adultos mayores.
Este nuevo estudio incluyó a 8.451 adultos mayores de 60 años (edad media, 67,8 años) con deterioro cognitivo, en su mayoría mujeres (60 %) y blancos (97 %), del Biobanco del Reino Unido. 
Los investigadores dividieron el consumo de café y té en terciles: consumo alto, moderado y nulo.
En cuanto al consumo diario de café, el 18% declaró beber cuatro o más tazas (consumo elevado); el 58% declaró beber de una a tres tazas (consumo moderado); y el 25% declaró no beber nunca café. En cuanto al consumo diario de té, el 47% declaró beber cuatro o más tazas (consumo elevado); el 38% declaró beber de una a tres tazas (consumo moderado); y el 15% declaró no beber nunca té.
El estudio evaluó la función cognitiva al inicio del estudio y al menos en dos visitas adicionales del paciente. 

Peor pronóstico con el café

En comparación con un alto consumo de café (cuatro o más tazas al día), las personas que nunca consumieron café y aquellas con un consumo moderado tuvieron un declive más lento en la inteligencia fluida después de un promedio de 8,83 años de seguimiento.
“Podemos ver que aquellos con un alto consumo de café mostraron la disminución más pronunciada en la inteligencia fluida a lo largo del seguimiento, en comparación con aquellos con un consumo moderado de café y aquellos que nunca consumieron café”, indica la investigadora.
Al mismo tiempo, “nuestros datos sugieren que durante este período de tiempo, el consumo moderado de café puede servir como algún tipo de factor protector contra el deterioro cognitivo”, añadió.
En el caso del té, el patrón fue algo diferente. Las personas que nunca bebieron té mostraron una mayor disminución de la inteligencia fluida en comparación con quienes tenían un consumo moderado o un consumo elevado.
Dado que se trata de un estudio observacional, “todavía necesitamos ensayos controlados aleatorios para comprender mejor el mecanismo neuroprotector de los compuestos del café y el té”, expone Sewell.
En relación a cómo el consumo moderado de café podría tener efectos protectores, Sewell indica que probablemente existen “diferentes niveles de mecanismos”, incluso a nivel molecular (posiblemente relacionado con la toxicidad amiloide) y a nivel conductual (posiblemente relacionado con los patrones de sueño).
“Esperamos que el consumo de café y té pueda contribuir al desarrollo de una estrategia segura y económica para retrasar la aparición y reducir la incidencia de la enfermedad de Alzheimer”.

Limitaciones del estudio

Como indican los autores, una limitación del estudio es el posible sesgo de consumo, ya que la ingesta de café y té fue informada por los propios participantes. Sin embargo, esto puede no ser un gran problema porque el consumo de café y té “suele ser un comportamiento bastante habitual”, señala la autora.
El estudio tampoco contenía datos sobre el consumo de café o té en la mediana edad y no comparó el efecto de diferentes métodos de preparación o tipos de café y té (por ejemplo, té verde frente a té negro). 

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