Dispuesta a exhibir todos los chanchullos de La Libertad Avanza que Javier Milei dijo venir a suprimir, a Lourdes Arrieta no le quedó secreto por revelar: no solo contó en sus redes el paso a paso de la visita de ella y otros cinco diputados más a Ezeiza para posar junto Alfredo Astiz sino hasta relató los planes del oficialismo de modificar el Código Penal con el objetivo de liberar a los genocidas de la última dictadura militar. Y este lunes llegó una de sus últimas confesiones. Se trata del encuentro secreto que mantuvo con Patricia Bullrich en el Ministerio de Seguridad, días después de que la legisladora mendocina hiciera una presentación para que la Justicia investigue, en detalle, la visita de los diputados al penal en el que cumplen condena Astiz, Alfredo Donda, Raúl Guglielminetti y otros genocidas. Al parecer, le pidió a Arrieta que sea “benévola” con los directores del Servicio Penitenciario Federal cuando le consulten por la responsabilidad del SPF en aquella reunión.Pero así como Arrieta muestra todas las cartas de su mazo, el Gobierno ya no maquilla su deseo de expulsarla del bloque de Diputados y de que su carrera política quede trunca. Uno de los primeros castigos se localizó en Mendoza, cuando en una asamblea a las apuradas, La Libertad Avanza decidió que Arrieta no sea más la apoderada del partido en esa región. Se rumorea que el cargo será para otro diputado nacional (Facundo Correa Llano) que no tiene pruritos en decir que los represores están “injustamente condenados”.
Una visita por Gral Gelly y Obes 2289
“Asuntos legislativos”. Ese fue el motivo que informó el Ministerio de Seguridad cuando Lourdes Arrieta cruzó la puerta del coqueto edificio en La Isla de Recoleta donde Patricia Bullrich tiene su despacho ministerial. Fue el 15 de agosto, 9 días después de que la diputada viaje a los tribunales federales de Lomas de Zamora y haga una presentación judicial sobre las iniciativas entre diputados, abogados curas y familiares de genocidas para sacar a los represores de la cárcel. Es el mismo material que publicó Arrieta este fin de semana y en el que una de las revelaciones apunta al corazón de Bullrich: la complicidad del Servicio Penitenciario Federal para facilitar la cumbre en el penal de Ezeiza.Arrieta tuvo su cara a cara con Bullrich en la cual también se dice que participó Néstor Octavio Majul, secretario de Articulación Federal. Pero, al parecer, había más personas en la sala de reuniones. Porque varias crónicas periodísticas incluyen la presencia de Fernando Soto, director Nacional de Normativa y Enlace Judicial del Ministerio de Seguridad de la Nación. Se trata de un abogado conocido no tanto por sus propuestas en políticas públicas sino por haber defendido al policía Luis Chocobar, condenado por disparar por la espalda. Quien con seguridad no se hizo presente fue Yamil Castro Bianchi, abogado de Arrieta, que en ese preciso momento estaba de vacaciones. Es el mismo letrado del que Lilia Lemoine dijo que “armó la causa” contra Gerardo Milman, aquel diputado que horas antes del magnicidio contra Cristina Kirchner le decía a sus secretarIas que “cuando la maten” (a CFK) iba a estar “camino a la costa”.Sobre qué se habló es lo único que no quiso decir Arrieta, quien este lunes participó de un raid mediático que incluyó radio y televisión. Una nota de El Destape da como certeza que la propia ministra le había pedido “cuidar” al Servicio Penitenciario y exhibió su vínculo con el fiscal Sergio Mola, el mismo que exigió desestimar la denuncia de Arrieta. Nombrado por Mauricio Macri como fiscal general en 2018, Mola ayudó a Diego Luciani en la acusación contra Cristina Kirchner en la causa conocida como Vialidad.A juzgar por lo publicado por la propia Arrieta, ese pedido de blindaje por parte de Bullrich no llegó a buen puerto.
La primera de las venganzas
Hace menos de dos meses, este diario publicó un perfil sobre Arrieta, una vez conocida su participación en la reunión con genocidas. Eran horas donde la legisladora exhibía con sonrisa su patito kawaii en las reuniones de comisiones. También la diputada llevaba la bandera negacionista, con posteos sobre la exigencia de UNA “memoria completa”. Y también era el tiempo en el que esta diputada de 31 años era la principal armadora de La Libertad Avanza en Mendoza, al contar con la venia de Karina Milei y de Martín Menem.Que todo es efímero puede explicarse con el fin de esa extraña moda –los patitos que se vendían a 2000 pesos ahora se encuentran remanentes de 3 x 200 pesos, inflación mediante– pero también con el recorrido de Arrieta. La joven sanjuanina (y mudada a los pocos años a Mendoza) ya no se cuelga los muñequitos amarillos en su larga cabellera enrulada. Pero eso es lo de menos. La visita -y, sobre todo, la filtración de la cumbre- con los genocidas fue un parteaguas al interior del oficialismo en el que Martín Menem quedó de un lado y Arrieta del otro. El primero acusó a la legisladora de haberlo involucrado en la visita a Ezeiza y la diputada insistió en que fue desprotegida por el partido. Luego vino la denuncia penal, la discusión (con gritos incluidos) en la reunión de bloque y hasta la acusación de Lilia Lemoine: “Es una desequilibrada mental”, diagnosticó a la salida del Congreso, cuando le preguntaron por la diputada que comparte bloque.Este lunes Arrieta parece haber quedado afuera de la mesa chica en la región cuyana. Así lo resolvió una asamblea de LLA de urgencia, en el que anunciaron tanto el fin como apoderada del partido como también su salida como presidenta de la Junta Promotora. También dicen que en el PAMI ya no tendría lugar, un área que le habían reservado para elevar su perfil en la provincia.Esta es, apenas, la primera de las venganzas. Porque es altamente probable que en las próximas horas Arrieta quede afuera del bloque oficialista en la Cámara baja. Será a través de la firma de Gabriel Bornoroni, con el aval de Menem. El mismo que avisoraba un gran futuro a la joven diputada mendocina.