Los casos de covid-19 han ido aumentando en España en las últimas semanas y meses. Nos encontramos en uno de esos momentos en los que todo el mundo tiene o ha tenido recientemente algún afectado en su entorno. El coronavirus causante de esta enfermedad, el SARS-CoV-2, muta continuamente y los epidemiólogos y otros profesionales sanitarios evalúan esos cambios para estar preparados en caso de que una de las variantes que surja provoque síntomas más graves o escape a la protección que confieren las vacunas. Las dos variantes que centran la atención últimamente se conocen popularmente como Pirola y FLiRT.
Los datos oficiales confirman la tendencia al alza de la infección por covid, tal y como reflejan los informes semanales del Instituto de Salud Carlos III. En atención primaria, el porcentaje de muestras que dieron positivo en los test del virus SARS-CoV-2 fue del 34,9% en la última semana de la que hay datos, del 17 al 23 de junio. En la semana anterior, del 10 al 17 de junio, la tasa de positividad fue del 30%. Si nos remontamos un poco más en el tiempo, en la semana del 6 al 12 de mayo, el porcentaje fue de solo el 5,1%.
En atención especializada, la tasa de hospitalización por covid-19 se situó en 4,5 casos por 100.000 habitantes en la semana del 17 al 23 de junio, frente a 3,5 en la semana previa y apenas 1,35 casos entre el 6 y el 12 de mayo.
Predominio de la variante covid Pirola
El informe de vigilancia del Carlos III no deja lugar a dudas sobre cuál es la variante del virus que han contraído la mayoría de las personas que han pasado la covid-19 en los últimos meses: Pirola, cuyo nombre oficial es BA.2.86. “La variante de SARS-CoV-2 identificada en mayor proporción en los casos de infecciones respiratorias agudas en atención primaria han sido BA.2.86 (59,62%)”, según el último informe. Esta variante también ha sido la más identificada en los hospitales: en el 60,47% de los casos.
Entonces, ¿por qué se habla tanto de la variante FLiRT? Conviene precisar, en primer término, que en realidad no se trata de una única variante, sino de un grupo o familia que engloba a varias, como KP.1.1 KP.2 y KP.3. Todas ellas, al igual que Pirola, pertenecen al linaje de ómicron, que irrumpió con fuerza en el año 2021 y desde entonces ha dominado el panorama covid. De momento, las subvariantes que descienden de ómicron no han causado una patología más grave que la ocasionada por la cepa original del coronavirus o por la variante delta, pero sí se transmiten con más facilidad y presentan mutaciones que hacen que las vacunas sean algo menos eficaces, lo que ha obligado a realizar ajustes en ellas.
Lo que sucede es que en Estados Unidos se ha producido una rápida expansión de FLiRT, que la ha convertido en la variante dominante en pocos meses. De hecho, en marzo de este año únicamente representaba el 5% de todos los casos. En Reino Unido y Australia está cogiendo impulso y se espera que continúe el ascenso en todo el mundo. A España también ha llegado, aunque de momento no con tanta fuerza y no hay confirmación oficial del porcentaje de casos que se deben a alguna de las subvariantes FLiRT.
Síntomas de Pirola y FLiRT
Los síntomas oficiales de la covid 19 no han cambiado, por lo que tanto la infección por la subvariante Pirola como por las subvariantes FLiRT pueden producir las siguientes manifestaciones:
Fiebre.
Escalofríos.
Tos.
Pérdida del sentido del gusto y el olfato.
Dificultad para respirar.
Cansancio, fatiga.
Malestar general.
Dolor de cabeza.
Dolor de garganta.
Congestión.
Secreción nasal.
Pérdida de apetito.
Diarrea.
