La vasectomía es un método anticonceptivo masculino definitivo. Es una técnica quirúrgica que consiste en cortar los conductos deferentes, que son los que llevan el esperma desde los testículos hasta la uretra. Después de realizarla, los espermatozoides ya no pueden salir de los testículos y, por lo tanto, proporciona una esterilidad permanente. En España está financiada por el Sistema Nacional de Salud, siempre que se cumplan unos requisitos (que pueden variar ligeramente entre comunidades autónomas) en cuanto a edad y número de hijos.
“Esta forma de control de la natalidad destaca por su alta eficacia, con una tasa de fracaso de aproximadamente el 0,2%, lo que la convierte en uno de los métodos anticonceptivos más fiables disponibles”, señala François Peinado, cirujano urólogo especialista en cirugía reconstructiva de pene, Peyronie y medicina sexual.
Principales ventajas de la vasectomía
El urólogo explica que la vasectomía se lleva a cabo mediante “un procedimiento ambulatorio mínimamente invasivo que a menudo puede realizarse en menos de 30 minutos con anestesia local”. Esto supone “un tiempo de recuperación más rápido en comparación con otras opciones quirúrgicas más invasivas, como la ligadura de trompas en el caso de las mujeres”, resalta. En este sentido, añade: “La mayoría de los hombres pueden reanudar sus actividades normales a los pocos días, lo que la convierte en una opción práctica para quienes buscan una solución a largo plazo”.
Los hombres a los que se les realiza una vasectomía siguen eyaculando líquido seminal, pero sin espermatozoides. (Foto: Alamy/Cordonpress)
Impacto en la función sexual
Peinado desmiente uno de los mitos más extendidos sobre la vasectomía, que se refiere a su impacto en la función sexual. “No afecta a los niveles de testosterona ni al deseo sexual”, asegura. De hecho, “la mayoría de los hombres afirman que su experiencia sexual no cambia después de la vasectomía, ya que conservan la capacidad de disfrutar del coito y del orgasmo”. En este sentido, aclara que la vasectomía “no provoca una disminución de la libido, lo que permite a los hombres mantener sus relaciones sexuales sin interrupciones”.
No afecta a la eyaculación: los hombres sometidos a esta técnica siguen eyaculando semen (líquido seminal), pero ya no contiene espermatozoides.
El experto apunta otro aspecto importante: además de proporcionar una solución permanente para la anticoncepción masculina, también “ayuda a aliviar la carga de la responsabilidad anticonceptiva, que suele recaer en la mujer”. De esta manera, puede “mejorar la comunicación y la dinámica de la pareja, ya que ambos pueden compartir la responsabilidad de la planificación familiar”.
Riesgos y posibles complicaciones
A pesar de su alta eficacia, la vasectomía no está exenta de ciertos riesgos y complicaciones, “como hemorragias, infecciones y dolor postoperatorio que puede provocar molestias crónicas conocidas como síndrome de dolor posvasectomía”. La mayoría de los hombres se recuperan sin ningún problema, si bien algunos “pueden sufrir efectos secundarios a largo plazo, incluidos factores psicológicos como el arrepentimiento de la decisión, sobre todo si su deseo de tener hijos cambia después de la intervención”. De ahí la recomendación de sopesar bien este posible cambio de opinión antes de someterse a la operación. Existen técnicas para revertir la vasectomía, pero no siempre son efectivas.
“Estas complejidades hacen que sea esencial que los pacientes prospectivos mantengan conversaciones exhaustivas con los médicos sobre sus antecedentes médicos, su disposición emocional y las implicaciones de someterse a una vasectomía”, resume el urólogo.
En cuanto al riesgo de hemorragia, que es una de las complicaciones más frecuentes, señala que puede manifestarse como hematoma, es decir, una acumulación de sangre bajo la piel que puede provocar una hinchazón dolorosa.
Otra posible complicación es la infección de la zona quirúrgica, que se produce “en aproximadamente el 1%-2% de los pacientes”. Los signos de alerta son: fiebre, aumento del dolor y secreción del lugar de la incisión, “que suelen requerir tratamiento antibiótico”.
Por otro lado, algunos hombres pueden experimentar un dolor postoperatorio que se prolonga más allá del periodo de recuperación previsto. “Esta afección, conocida como síndrome de dolor posvasectomía, puede provocar molestias crónicas”, detalla Peinado.
“Otras complicaciones pueden ser el granuloma espermático, que es un bulto sensible formado por espermatozoides que se escapan de los conductos deferentes, y la epididimitis u orquitis, caracterizada por dolor e hinchazón en el epidídimo o el testículo”, agrega.
También hay que tener en cuenta que “existe un pequeño riesgo de que los conductos deferentes vuelvan a conectarse, lo que podría dar lugar a embarazos no deseados”. Por último, el experto advierte que algunos hombres “pueden notificar cambios en la función sexual o experimentar dolor crónico relacionado con el procedimiento”. Aunque estos efectos secundarios a largo plazo “son relativamente infrecuentes, pueden afectar significativamente a la calidad de vida de los afectados”.