La información está al alcance de un clic. El bulo, también. Es curioso comprobar que la distancia que nos separa del conocimiento es la misma que añade ignorancia a la ignorancia. Las dudas que rodean a la alimentación es un claro ejemplo de ello. Da igual el número de veces que los expertos desmientan algunos mitos que nunca será suficiente. Uno de los más sonados es que se deben evitar los carbohidratos en la cena. Por eso, nunca está de más que la voz del conocimiento, en este caso la del nutricionista Vicente Clemente, se pronuncie al respecto.
‘‘A no ser que se trate de personas que estén siguiendo una dieta baja en hidratos de carbono por alguna intervención nutricional, en principio, no habría ningún problema en incluir carbohidratos en la cena’’, afirma a CuídatePlus. Eso sí, el Clemente explica que sí se deben priorizar algunos tipos de este nutriente: ‘‘Va a ser mucho mejor tomar carbohidratos en forma de tubérculo o rizoma que cualquier otro en base a cereales, que va a provocar mayor inflamación del intestino’’.
Por otra parte, el nutricionista añade que consumir carbohidratos por la noche ‘‘puede ser una herramienta muy válida para cuando tengamos problemas para mantener el sueño. La cantidad que ingiramos y por pequeña que sea, basta con 30 o 50 gramos, ya nos vale para potenciar ciertos neurotransmisores que son esenciales para las primeras fases del sueño y eso nos va a permitir conciliarlo un poco mejor’’.
Para Clemente, la cena ideal se compone de algún tipo de vegetal, que se puede ir intercalando cocinado y crudo; de algunas proteínas, bien carne o pescado; y, de forma opcional, algún tubérculo, como la patata, la batata, la zanahoria, la yuca o la remolacha. El experto apunta que sería conveniente cocinar los alimentos mencionados, para después enfriarlos en la nevera y, finalmente, volver a calentarlos. De esta forma, se modifica la estructura química de ciertos almidones que tienen este tipo de carbohidratos: ‘‘La secuencia de cocinar, enfriar y volver a calentar va a hacer que esos almidones tengan funciones probióticas en el intestino’’.
¿Los carbohidratos engordan tanto como creemos?
Los carbohidratos, junto a las proteínas y las grasas, son uno de los nutrientes básicos, imprescindibles para seguir una alimentación equilibrada. Básicamente, son moléculas de azúcar que el organismo es capaz de descomponer y que pueden usarse de forma inmediata para el mantenimiento de células, órganos y tejidos; o en el hígado y en los músculos para su uso posterior. Su principal función es la de proporcionar energía.
‘‘Lo que se está viendo ahora en estudios que comparan dietas con carbohidratos con dietas bajas en ellos es que cuando se igualan las calorías consumidas en ambas, el resultado no presenta diferencias significativas’’, subraya Clemente.
Sin embargo, hay que considerar que cada tipo de carbohidratos, simples y complejos, tendrá un efecto diferente en el cuerpo. Sobre los simples, son los azúcares, los que se presentan en su forma más básica. Van a constituir la forma más rápida para obtener energía, aunque su nivel nutritivo es menor, por lo que se recomienda consumir en pequeñas cantidades. Se pueden encontrar en dulces, postres, procesados y refrescos, así como de forma natural en frutas, verduras y leche.
En cuanto a los carbohidratos complejos, se pueden dividir en almidones y fibra. Su absorción es más lenta y la energía que aportan es gradual. Así, sacian más y retrasan la sensación de hambre, además de ayudar a controlar los niveles de azúcar en sangre. Más ricos en fibra, vitaminas y minerales, se recomiendan mucho más. En este segundo grupo se incluyen las hortalizas, cereales integrales, legumbres y verduras.