YouTube vive esencialmente de la publicidad. Si bien la plataforma de vídeo tiene propuestas como YouTube Premium, que invitan a los usuarios a pagar una suscripción, su principal fuente de ingresos son los anuncios. Se trata de una característica bastante común en el abanico de servicios y aplicaciones que forman parte de Alphabet.
La ecuación aquí es muy simple: a mayor duración de los contenidos, mayores oportunidades de mostrar anuncios. Y claro, YouTube es el rey de los vídeos largos, con tutoriales, clases, cursos, programas de televisión, documentales, etc., pero los creadores de contenidos están haciendo vídeos cada vez más breves. Y esto puede ser un problema.
YouTube y el fenómeno TikTok
Los contenidos audiovisuales de alrededor de 60 segundos se popularizaron enormemente en el último tiempo gracias a aplicaciones como TikTok. Estamos hablando de una fórmula que tiene cada vez más adeptos, pues cuenta con el apoyo de estrategas digitales que trabajan junto a marcas, medios de comunicación e influencers.
Un contenido breve no solo es más fácil de producir que uno extenso (requiriendo menos tiempo de preproducción y postproducción), sino que ha conseguido hacerse un lugar de importancia entre la gente. Existe cierta tendencia generalizada a elegir vídeos concisos a largos, lo que lleva a los creadores a hacer más esfuerzos en este sentido.
No es ningún secreto que YouTube no quiso quedarse fuera de este fenómeno y no tardó en anunciar una especie de clon de TikTok llamado Shorts. La propuesta para enfrentarse a la propuesta asiática ha dado resultados positivos a nivel de usuarios, contabilizando más de 2.2021 millones desde su lanzamiento, pero es una ruina publicitaria.
Y no es algo que digamos nosotros. Según Financial Times, dentro del gigante estadounidense de los vídeos hay preocupación. Los informes internos señalan que la tendencia impulsada por TikTok está poniendo en riesgo su principal fuente de ingresos, situación que ha obligado a empezar a definir los pasos a seguir ante este escenario.
Se desconocen cuáles serán las medidas, si las hay en YouTube. Pero, según el mencionado periódico, la plataforma ha detectado que sus propios usuarios están haciendo menos vídeos largos, algo que, como decimos, llega acompañado de los consumidores, que también eligen menos este formado dado que requiere más tiempo y concentración.
Recordemos que en octubre del año pasado, YouTube experimentó una caída en sus ingresos publicitarios que se extendió por los dos trimestres siguientes. Para julio de este año los ingresos habían aumentado un 4,4%, situándose en 7,7 millones de dólares, pero parece que todavía no es tiempo para celebrar.
Imágenes: YouTube
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