La flacidez facialconsiste en una pérdida de firmeza de la piel del rostro, que se produce por la reducción de fibras como la elastina y el colágeno, que son las sustancias que aportan a la piel elasticidad y firmeza. La pérdida de elastina y colágeno y el alargamiento de sus fibras hacen que disminuya la elasticidad de la piel, provocando una pérdida de tonicidad y definición del rostro.
No sólo esto, añade M. Covadonga Martínez-González, doctora en Dermatología, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología y autora de la escala DEBIE (Dermatología Estética y Bienestar Emocional), en la revista Journal of Cosmetic Dermatology, sino que la piel depende de otros tejidos de sostén y relleno que se sitúan bajo la misma.
Estos tejidos son:
• La grasa o panículo adiposo, que con el paso del tiempo sufre cambios de posicionamiento y reabsorción.
• Los músculos (muy numerosos y entrelazados a nivel facial) y sus envolturas (fascias) que con la edad tienden a perder tono, ganar laxitudy atrofiarse en ciertas localizaciones y a hipertrofiarse (engrosarse) en otras.
• El hueso y, en este caso, los huesos que conforman el cráneo, que con la edad tienden a la resorción o perdida de volumen, “por lo que el sostén de todos los planos superiores que hemos comentado disminuye”, explica.
• Y es que la piel tiene un sistema de sujeción que con el paso del tiempo se va debilitando, lo que se traduce en un efecto de descolgamiento, laxitud y pérdida de tono. La dermatóloga señala que el gold standard para el abordaje de la flacidez instaurada es la cirugía, “lo que popularmente se conoce como lifting, con múltiples técnicas dentro de esta línea”.
Cómo prevenir la flacidez
Pero antes de llegar a la cirugía existen otras alternativas. La premisa básica es intentar prevenir y para ello algunos factores clave están relacionados con hábitos de vida saludable.
Así, medidas que ayudan a preservar la tonicidad facial son:
Una alimentación saludable y equilibrada.
Descanso adecuado.
Evitar el tabacoy alcohol.
Controlar la exposición a la luz y utilizar fotoprotección siempre que se requiera.
Realizar ejercicio físico regularmente.
Gestionar de forma saludable y optimista el estrés del día a día para que la musculatura del rostro refleje ese estado y no el contrario, que incrementa el aspecto decaído del rostro.
Otros factores
Factores también que influyen en el envejecimiento cutáneo:
La edad
La genética
El detrimento estrogénico asociado a la menopausia
Tratamientos médicos sin cirugía
Y entre los tratamientos que pueden utilizarse para combatir la flacidez, antes de llegar a la cirugía, se encuentran:
Los rellenos inyectables con materiales como la hidroxiapatitia cálcica, sola o en combinación con ácido hialurónico, y el ácido poliláctico con el fin de estimular la producción de colágeno.
La utilización de hilos tensores de diversos materiales, más frecuentemente usados los reabsorbibles y que hacen un efecto tensor “como si la piel se cosiera por dentro”, explica Martínez-González.
La inyección de toxina botulínica para relajar algunos músculos,que al contraerse en exceso descienden estructuras del rostro.
La radiofrecuencia facial, con equipos de alta potencia y penetración profunda, basados en la utilización de ondas electromagnéticas de alta frecuencia que provocan un calentamiento controlado de las diferentes capas de la dermis, son otra alternativa para tratar la flacidez de la piel del rostro.
Los ultrasonidos focalizados de alta intensidad (HIFU)) son una opción con la que se puede conseguirhoy día incluso más penetración que con la radiofrecuencia, a través de la generación de calor en los puntos en los que la piel se ancla al panículo adiposo (la grasa) y al músculo.