La top model y actriz Elle Macpherson ha incendiado las redes sociales y los medios tras comentar que padece cáncer de mama y ha rechazado recibir quimioterapia, a pesar de que en su caso se consideraba necesaria. Además, ha señalado que ha seguido terapias alternativas que no cuentan con el aval de los médicos porque carecen de evidencias científicas que las respalden.
Los médicos advierten de los riesgos de rechazar o abandonar la quimioterapia por cuenta propia. En declaraciones a CuídatePlus, el presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), César Rodríguez, ha expresado su preocupación por que este tipo de mensajes los emitan celebridades que pueden influir en muchas personas. Independientemente de las circunstancias concretas de Elle Macpherson (podría tratarse de un tipo de tumor que realmente no requería este tratamiento), la quimioterapia sigue jugando un papel importante en muchos cánceres de mama -no todos- y su administración contribuye a salvar vidas.
En palabras de Rodríguez, “es preocupante que alguien que tiene un perfil social relevante transmita el mensaje de que no debe administrarse un tratamiento que ha demostrado de forma firme, y además con ensayos clínicos relevantes, que puede tener un papel en la reducción del riesgo de recaída de los cánceres de mama”.
Qué es y cómo funciona la quimioterapia
La quimioterapia la conforman una serie de fármacos que, por diversos mecanismos, son capaces de destruir las células tumorales. Estas se dividen mucho más rápido que las células normales y esta característica hace que sean más vulnerables a los fármacos de quimioterapia porque, precisamente, interrumpen el ciclo de división celular.
Sin embargo, este mecanismo de acción no es específico y, por este motivo, los medicamentos quimioterápicos también producen efectos sobre las células sanas, especialmente aquellas que tienen una alta tasa de recambio (células de la sangre, de la piel y las mucosas, del aparato digestivo…).
La tolerancia a este tratamiento ha mejorado de forma significativa con la aparición de muchos fármacos que sirven de soporte. Aun así, es habitual que provoque diversos efectos adversos.
Eficacia de la quimioterapia en el cáncer de mama
El presidente de SEOM reconoce que la utilización de quimioterapia “es cada vez es menos frecuente en algunos tipos de cáncer de mama”, pero enfatiza que “todavía tiene una eficacia demostrada en muchos subtipos”. Y no solo la quimioterapia, “sino las nuevas terapias biológicas, terapias endocrinas, etc.”. Las opciones terapéuticas para el cáncer de mama son muy diversas y corresponde a los oncólogos, que son los que tienen el conocimiento apropiado, decidir en qué casos se administran y en qué secuencias y combinaciones.
Según Rodríguez, el problema no es solo el abandono de la quimioterapia como tal, sino “que el mensaje que se transmite es el abandono de los tratamientos que en este momento han demostrado eficacia para esta enfermedad”. En otras palabras: las declaraciones de Macpherson son un canto a favor de las pseudoterapias, con todos los peligros que conllevan. “Creo que es un mensaje desfavorable para la población y que lo único que hace es transmitir incertidumbre a pacientes que sí están recibiendo este tipo de tratamientos, que están aumentando sus posibilidades de curación”, subraya el oncólogo.
En qué casos se administra quimioterapia
La quimioterapia que se administra en la enfermedad precoz “sigue teniendo un papel en muchos tipos de cáncer de mama a la hora de reducir el riesgo de recaída” o reaparición de la enfermedad, confirma el presidente de SEOM. No obstante, en algunos tipos de tumores, como el cáncer de mama luminal, “el uso de quimioterapia es cada vez menos habitual” porque se ha demostrado que otras estrategias, como la terapia endocrina y algunos fármacos biológicos, “pueden ser más eficaces”. Lo que ha mejorado últimamente es, sobre todo, “la selección adecuada de las pacientes para saber quiénes deben recibir quimioterapia y quiénes no”.
En definitiva, se trata de un tratamiento que sigue siendo crucial en no pocos casos. Según concreta Rodríguez, “existen algunos tipos de cáncer de mama en los cuales la administración de quimioterapia después de una cirugía o incluso antes de la cirugía, puede reducir hasta un 50% el riesgo de recaída”. Aclara que este porcentaje es muy variable, ya que depende del tipo de tumor, “pero lo que sí está claro es que existen estudios que lo avalan”.
Se administra, por ejemplo, en casos de tumores del tipo triple negativo, en los que “la quimioterapia sigue jugando un papel, pero también hemos incorporado la inmunoterapia”. Asimismo, se emplea frente a muchos tipos de tumores denominados HER-2 positivo, “donde la quimioterapia tiene un papel pero hemos incorporado los nuevos anticuerpos monoclonales”. Y también en algunos casos de tumores luminales que son hormonosensibles, pero que presentan un alto riesgo de recaída. En estos últimos, señala Rodríguez, “la combinación de quimioterapia con la terapia hormonal también juega un papel”.
En resumen, ha disminuido el número de pacientes a las que se les administra quimioterapia, pero la clave está en la adecuada selección de las mujeres a las que este tratamiento les puede beneficiar y aquellas en las que existen claras evidencias de que no mejora la supervivencia.