Ir al gimnasio o realizar actividad física de una u otra manera para tratar de conseguir un estado óptimo de los músculos corporales es una práctica habitual en muchas personas, así como consultar con un fisioterapeuta o masajista cuando aparecen problemas. Sin embargo, el trabajo con los músculos del rostro no está ni de lejos tan instaurado en las rutinas de vida saludable.
Por ello, es interesante conocer en qué consiste y cuáles son los beneficios del yoga facial para tratar de, en combinación con otras estrategias, mantener los músculos del rostro en buenas condiciones y evitar su debilitamiento.
Para qué está indicado
El yoga facial está indicado para quienes desean mantener la tonicidad y salud de los músculos faciales de manera natural, explica Maiko Tahara, experta en formación en yoga facial. “Es adecuado para cualquier edad y puede ser útil tanto de manera preventiva como para corregir ciertos desequilibrios o tensiones musculares que ya han aparecido”, añade.
Con el yoga facial se busca reeducar, reestructurar, tonificar, estirar, saber relajar y desarrollar la masa muscular del tejido facial sin hipertrofiarla. “De lo que se trata es de tonificar el rostro hacia donde queremos”, explica Covadonga Martínez-González, dermatóloga de la Academia Española de Dermatología y Venereología.
Beneficios
Al ejercitar los músculos faciales, se alivia la flacidez y se relajan los músculos tensos, como los relacionados con el bruxismo. Además, se mejora el equilibrio de toda la musculatura facial, contribuyendo a un aspecto más firme y rejuvenecido. añade Maiko Tahara.
Ejemplos de ejercicios
Existen ejercicios específicos de yoga facial para cada área del rostro, explica Tahara. Por ejemplo:
Para aliviar el surco nasogeniano
Formamos puño y colocamos el nudillo del dedo corazón en el hueco junto al músculo elevador del labio superior y del ala de la nariz. Presionamos y masajeamos con movimientos pequeños, manteniéndolo presionado.
Repetimos durante cinco respiraciones profundas. Este masaje alivia la tensión en los músculos que contribuyen a la formación del surco nasogeniano. Inhalamos y exhalamos por la nariz. Mantenemos este patrón de respiración. Realizamos el ejercicio en ambos lados. Es importante no deslizar la piel mientras presionamos, ya que esto puede crear fricción entre la piel y la mano, empeorando las arrugas y la flacidez.
Para aliviar la línea de marioneta
Son arrugas que comienzan en las comisuras de los labios y descienden verticalmente hasta llegar a la mandíbula. Reciben su nombre porque recuerdan a las líneas verticales que poseen normalmente las marionetas para que puedan mover la boca.
Formamos un puño y lo colocamos en el hueso mandibular inferior, donde termina la línea de marioneta que se extiende desde la comisura. Presionamos y masajeamos con movimientos pequeños, manteniéndolo presionado.
Repetimos durante cinco respiraciones profundas. Realizamos el ejercicio en ambos lados.
Inhalamos y exhalamos por la nariz, manteniendo esta respiración. Este masaje alivia la tensión en los músculos responsables de crear la línea de marioneta.
Para aliviar las arrugas de la frente
Formamos un puño y colocamos las articulaciones interfalángicas distales en la frente. Movemos el puño arriba y abajo por toda la frente, aplicando una presión cómoda. Realizamos este movimiento durante cinco respiraciones profundas.
La combinación de diferentes técnicas permite obtener resultados visibles en el tono y la elasticidad de la piel.
Recomendaciones para su realización
Algunas de las recomendaciones para realizar estas prácticas de yoga facial en casa son:
Aplicar previamente aceite o crema para facilitar el deslizamiento de las manos y los movimientos y evitar tirones en la piel.
También es importante hacer uso de todos los músculos faciales de forma consciente durante los ejercicios.
Cuestión clave es evitar malas posturas o un desarrollo de la técnica con movimientos que creen arrugas, en vez de prevenirlas.
Y es que uno de los errores más comunes es crear nuevas arrugas al realizar los ejercicios de forma incorrecta, por lo que es esencial controlar la postura facial y evitar gestos innecesarios.
El yoga facial es una práctica “utilizada en el ámbito médico desde hace tiempo como parte de la rehabilitación tras algunas enfermedades”, según explica Maiko Tahara, quien precisa no obstante que en el campo estético es una práctica menos difundida pero que está ganando popularidad.
Según esta experta, el yoga facial puede utilizarse de forma complementaria a otros tratamientos estéticos o constituir “una alternativa natural para aquellas personas que prefieren métodos no invasivos”.
Estos ejercicios también pueden ser realizados en un centro especializado donde el profesional “evaluará el estado de los músculos faciales para identificar las áreas que necesitan mayor atención. A partir de este diagnóstico, se trabajarán de manera personalizada los músculos que requieren corrección”, señala Tahara.