Los datos del informe del Instituto de Salud Carlos III Vigilancia Epìdemiológica de las Infecciones de Transmisión Sexual en España 2023 no dejan lugar a dudas: las infecciones de transmisión sexual (ITS) han aumentado de forma muy acusada en España. En las dos últimas décadas se ha producido una clara tendencia al alza de la sífilis, sífilis congénita, infección gonocócica (gonorrea), clamidia (Chlamydia trachomatis) y linfogranuloma venéreo (LGV). Solo en 2023 se diagnosticaron 36.983 casos de clamidia, un 20,7% más que dos años antes; 34.401 de gonorrea, que subió un 42,6%; y 10.879 de sífilis, un 24,1% más.
En ese informe no se recogen los datos relativos al virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), que son tratados aparte. Según el documento Vigilancia epidemiológica del VIH y Sida en España 2023, se ha registrado una tendencia descendente en los nuevos diagnósticos de VIH en España entre 2013 y 2023. Sin embargo, destaca la persistencia del diagnóstico tardío, especialmente en mujeres y personas mayores.
Causas del aumento de las ITS
No es sencillo determinar las causas exactas del aumento de las ITS, ya que es un problema complejo y multifactorial. Carmen Ruiza, ginecóloga de Ginemed Huelva, apunta algunos de los principales factores implicados:
En algunas épocas, especialmente en verano, aumenta la vida social, los viajes, los festivales de música y, con ello, las relaciones sexuales.
Muchas personas tiene relaciones sexuales con múltiples parejas.
Son muy pocas las personas que acuden a consulta ante los primeros síntomas, por lo que no se realiza un diagnóstico precoz y prosigue la cadena de transmisión.
Con el control del VIH gracias a la generalización de los antirretrovirales se ha reducido la conciencia de riesgo ante las ITS.
El aumento de prácticas de riesgo como el chemsex.
Se han relajado las medidas de protección. En concreto, el uso del preservativo.
Desciende el uso del preservativo
Según datos de la consultora Iqvia, las farmacias españolas han vendido hasta finales de octubre de este año algo más de 25 millones de preservativos (25.283.747), lo que supone un 15,34% menos que en 2023 (a falta de los dos meses restantes de 2024). Estos datos, que no incluyen ni la venta por e-commerce ni en las parafarmacias, suponen un descenso significativo en comparación con los datos de 2019, cuando se dispensaron más de 39 millones de condones.
Esa menor compra de preservativos y el consiguiente menor uso también lo perciben los clínicos. La ginecóloga de Ginemed lo viene apreciando en los últimos tiempos. “Muchas pacientes no utilizan ningún método de prevención”, asegura. Además, las pacientes jóvenes solicitan “directamente el anticonceptivo oral o el anillo vaginal”, aunque no tengan pareja estable. “Cuando les comento que en ese caso el método de elección es el preservativo, a menudo me dicen que es muy incómodo y prefieren tomar un anticonceptivo oral”.
Raquel Carnero, farmacéutica, divulgadora y autora junto a Luis Marcos del libro Lo que no te esperas del sexo (Menoscuarto Ediciones, 2024), considera que hay dos franjas de edad en las que el uso del preservativo brilla por su ausencia: “Los muy jóvenes no lo utilizan porque usan anticoncepción oral y los mayores de 55, porque las mujeres están ya en la etapa de la menopausia”. Por lo tanto, el preservativo “se ve como un sistema para prevenir embarazos, pero no como un método de barrera”. El preservativo masculino es el más habitual, mientras que el femenino y las barreras bucales (para el sexo oral) apenas se utilizan.
Consecuencias más graves de la gonorrea, la sífilis y la clamidia
La pérdida del miedo al VIH y la falta de conciencia sobre las consecuencias de las ITS se ha generalizado en algunos segmentos de la población. En palabras de Carnero, “en vez de darse cuenta de que estamos en el peor momento de los últimos 50 años, los jóvenes creen que las ITS están poco menos que desaparecidas”. De hecho, señala que ni siquiera conocen algunas de ellas: “Hay 500 millones de personas con herpes genital, pero en los colegios no se habla de él”.
Con frecuencia se minimizan las consecuencias de las ITS, cuando muchas de ellas pueden tener efectos muy graves. Estos son algunos ejemplos:
Si no se trata, la infección por clamidia puede causar esterilidad en las mujeres, además de otras complicaciones en ambos sexos.
En las mujeres, la gonorrea sin tratar puede dar lugar a una enfermedad inflamatoria pélvica. Tanto en hombres como en mujeres puede provocar infertilidad y, en los casos muy graves, puede ser mortal.
La bacteria que causa la sífilis puede permanecer en el cuerpo durante muchos años sin desencadenar síntomas. Sin embargo, cuando se reactiva, puede dañar diversos órganos, como el corazón y el cerebro, y resultar mortal.
Cómo evitar las infecciones de transmisión sexual
La falta de información sobre los peligros de las ITS solo explica una parte del aumento registrado en los últimos años. También hay que tener en cuenta la falta de concienciación, el estigma asociado a estas enfermedades y otros factores. En estas circunstancias, las medidas necesarias para dar un vuelco a las cifras e iniciar la senda del descenso no son sencillas. Estas son las medidas de prevención más eficaces:
“Lo primordial es el uso del preservativo, tanto el convencional como el femenino y el bucal”, afirma Ruiza.
En los casos de más riesgo (por ejemplo, las personas con múltiples parejas sexuales) es conveniente someterse a test de detección de forma periódica.
En el caso de que un test dé positivo, comunicárselo a las parejas sexuales, con el fin de que puedan tratarse y prevenir la transmisión.
Hay que tener en cuenta que prácticas como el chemsex aumentan la probabilidad de transmisión de ITS. Además del prácticamente nulo uso del preservativo, estas sesiones fomentan conductas de riesgo como compartir jeringuillas y mezclar diversas drogas.