7 septiembre, 2024

Alba Valle, psicóloga: “No es solo Morata, son muchos los deportistas de élite con problemas mentales”


14 de julio de 2024, 11 de la noche, Berlín. España se acaba de proclamar ganadora de la Eurocopa. Y, mientras el Olympiastadion ruge, Álvaro Morata se acuerda de dos personas: “Solo puedo dar las gracias ahora a Iniesta y Bojan porque han pasado momentos como los que yo he pasado. Tienen gran culpa de que yo esté aquí”. Se puede decir que esta imagen es algo así como la luz al final del túnel. La luz es la salud mental y el túnel el largo camino que a veces hay que atravesar para llegar a ella y del que el capitán de la Selección ha dado cuenta en más de una ocasión. 
Alba Valle, psicóloga especializada en mindfulness, expresa que los problemas mentales de los que ha hablado el futbolista afectan en realidad a buena parte de los deportistas de élite. “Es una realidad que un gran número de profesionales que llegan a la cumbre del éxito de su carrera, ya sea deportiva o no, sucumbe a la presión, volviéndose vulnerables ante situaciones de su trabajo cotidiano. Acaban rompiéndose a pesar de conseguir la vida soñada de millones de personas”, detalla.

Los deportistas de élite suelen enfrentarse a situaciones sobre las que pierden el control y que pueden llevar al sistema nervioso al límite. Ante este tipo de escenarios, continúa la especialista, “hay personas que se crecen, desarrollan nuevas capacidades y tienen una actitud que les ayuda a lograr casi todo lo que se proponen”. Otras, en cambio, “caen en las arenas movedizas de la mente, presos de una autocrítica que se disfraza de necesaria, pero que solo daña la salud mental”. Por eso, aunque logren avanzar hacia los objetivos, lo hacen estando cada vez peor.
Enfrentar los desafíos que se presentan de una manera u otra dependerá del proceso interno de cada persona. En este sentido, Valle señala que es muy importante la manera en que cada uno se hable a sí mismo, cómo se comprende y afronta lo que está ocurriendo, y cómo se relaciona con sus propias emociones. 

Autocrítica versus autocompasión

“El ser humano funciona mejor con una zanahoria por delante que con un látigo por detrás”. La frase del budista Lama Ole Nydahl a la que hace referencia la experta en mindfulness es la mejor forma de introducir la autocrítica con la que deben lidiar a menudo estos deportistas. 
Según Valle, “lo que ocurre es que, cuando algo sale mal, la tendencia mayoritaria en los entornos de alto rendimiento donde hay presión por avanzar y lograr cosas es la autocrítica”. Por ello, la psicóloga considera imprescindible la figura de un profesional que sepa además de presionar por los resultados, animar, motivar, e inspirar; que comprenda y empuje amablemente y con cariño hacia el camino, respetando procesos y dando lo que se necesita en cada momento. 
Es en estas situaciones de presión y estrés ante las dificultades cuando la mente se vuelve cruel con la propia persona.  Así, se dan pensamientos propios enfocados en señalar, humillar, e incluso en falta de respeto sobre uno mismo. Esto provoca un importante daño en la persona que a la larga acaba generando problemas mentales. “Se tiene la falsa creencia de que ser duros y críticos con uno mismo ayuda a avanzar”, insiste la experta. 
“La mejor estrategia para avanzar es conectar con el deseo de lo que queremos, visualizarlo, sentirlo, y movernos desde la inspiración”, resalta. Desde el automachaque se puede avanzar, pero a través de sentirse mal y de la autocrítica. “Esta habilidad psicológica para tratarnos bien en los momentos difíciles y expandirnos ante ellos se llama autocompasión y además de desarrollar una forma de tratarnos y motivarnos más sana, mejora el rendimiento porque disuelve obstáculos internos y genera autoconfianza, lo cual es fundamental para lograr los objetivos que tengamos””, resume la especialista. 
Lo cierto es que la ciencia ha demostrado en más de una ocasión que las personas con autocompasión son más capaces de tomar distancia de sus discursos internos, tener menos pena por uno mismo, rumiar menos el malestar y, por tanto, gozar de una mejor salud mental y mayor resiliencia. 

Técnicas para evitar el automachaque

Valle ofrece algunos recursos para aprender a gestionar los momentos de alta presión (deportiva o laboral):  
La carta del machacón. Es importante darse unos minutos para escribir todo lo que dice ese crítico interno. “Deja que ese machacón se explaye y diga todo lo que tenga que decir. Al terminar, haz un minuto de respiración, alargando ligeramente la exhalación”, apunta la especialista.
 
La carta compasiva. Tras la carta del machacón, es conveniente descubrir una nueva voz interna más útil y sana. De acuerdo con Valle, “evocamos a alguna persona sabia y que nos ame. Alguien que sabemos que tiene una visión amplia sobre lo que nos ocurre y que podría darnos un buen consejo. Posteriormente, deja que tu mano escriba todo lo que esa persona te diría. Al terminar, respira con calma de nuevo, y deja que esas palabras puedan encontrar un hueco en tu corazón”.
 
Meditación de aceptación y compasión. Lo anterior es un ejercicio más mental y lo idóneo es ayudar a que el cuerpo pueda acoger ese dolor y expandirse con él. Para ello, “hay meditaciones concretas donde nos dirigimos a esa emoción que tenemos dentro, poder verla, sostenerla, acogerla, comprenderla e integrarla”. En este punto, la psicóloga recomienda una técnica que tiene tres pasos: aflojar la zona del cuerpo donde se siente la tensión por el dolor emocional que genera, calmar la emoción dando cariño/motivación o lo que se necesite, y permitir que la experiencia de ese momento sea tal cual es.

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