El hedor impregna la zona cero de la dana en Valencia mientras un ejército de vecinos y voluntarios coordinados acumulan en las esquinas muebles rotos, electrodomésticos inservibles y recuerdos de una vida, ahora convertidos en amasijos de barro y basura. En las afueras del municipio de Alfafar, una trituradora móvil instalada en un campo de fútbol no deja de machacar. El objetivo es reducir el volumen al máximo para que los camiones que entran y salen de la zona afectada lleven la basura, antes de incinerar, a una de las nueve canteras habilitadas por la Generalitat para almacenarla. Del barrio hasta el vertedero, es la hoja de ruta de un plan logístico a contrarreloj sin descanso, día y noche. “Ahora la emergencia es sacarla de los cascos urbanos”, explica la vicepresidenta de la Diputación de Valencia Reme Mazzolari, quien coordina junto a los ayuntamientos el plan de traslado desde las calles arrasadas a las instalaciones habilitadas. Lo primordial es acabar con la insalubridad que todavía se expande entre hedores en zonas de los 69 municipios afectados, donde viven más de 800.000 personas.El Gobierno valenciano asegura que con este plan ya está consiguiendo sacar de las zonas afectadas 2.500 toneladas de basura al día. Los trabajos de la UME para despejar los accesos a los municipios, algunos incomunicados en los primeros días, han conseguido acelerar el operativo gracias a las restricciones de entrada para coches particulares y calles habilitadas solo para maquinaria pesada y servicios de emergencias. El plan distingue tres zonas de acopio de basura: uno en el casco urbano (como plazas, parques o solares), donde los vecinos, voluntarios o bomberos trasladan cualquier resto a palazos, y a pulso los objetos pesados. Desde ahí se lleva con pequeños camiones a un punto intermedio, situado en un lugar improvisado a las afueras de cada municipio, como grandes solares (en Quart de Poblet se ha habilitado uno enorme de 95.000 metros cuadrados) o campos de fútbol, donde se trituran y acumulan antes de ser trasladados en grandes camiones bañera (que se asemejan a un tráiler) hasta las nueve canteras habilitadas.Una excavadora trabaja en la pila de escombros que los vecinos han retirado de sus casas, este jueves en Aldaia.
Albert GarciaLas pedreras están siendo claves para ganar tiempo a los principales vertederos de la comunidad mientras incineran a toda máquina. Se trata de las pedreras del Barranco Lerón y Moliner en Llaurí, la cantera Carasoles en Ribarroja, Les Llomes en Bétera junto a una parcela colindante en Náquera, Estivalis en Atzeneta d’Albaida, Girtal en Corbera, Sierra Grossa en Bellús y la cantera de Buñol. “Ahí la basura se seca antes de ir a los grandes vertederos, donde es incinerada”, añade Mazzolari.Las decenas de camiones que este jueves, en menos de una hora, han entrado como una hilera de hormigas a un descampado a las afueras del Quart de Poblet, dan muestras de la magnitud del operativo. El solar tiene el tamaño de 25 campos de fútbol y la maquinaria pesada levantaba con una enorme garra de hierro miles de quilos de muebles, electrodomésticos, señales de tráfico, neumáticos que se arremolinan en torno a un montón de lodo.El solar de Quart de Poblet reconvertido en vertedero se sitúa al lado de una empresa de reciclaje, donde, explicaba un operario, están “trabajando menos que nunca”. La inmensidad de la catástrofe arrambló con todo tipo de materiales ahora momificados en el lodo, lo que imposibilita el reciclaje. “Esto es especialmente difícil de gestionar porque ya no es posible separar y hay que encontrar mecanismos de traslado inmediato”, explicó durante el miércoles durante la comisión de Transición Ecológica el secretario de Estado, Hugo Morán. Fuentes de la Diputación de Valencia confirman que no se está reciclando el material.En paralelo, la Dirección General de Calidad y Educación Ambiental de la Generalitat valenciana ha autorizado la descarga e incineración de basura en vertederos, eximiéndoles del impuesto establecido por la ley de residuos y suelos contaminados (2022). La Generalitat anunció el miércoles el reparto de un centenar de contenedores entre las poblaciones afectadas. “Vaersa será la encargada de la distribución inmediata de esta dotación de contenedores por las poblaciones afectadas para reforzar la capacidad de recogida y atención a la necesidad urgente de estas poblaciones, que se suma a otros contenedores provisionales que se han distribuido en los últimos días”, añade el texto. La entidad pública que gestiona los residuos en el municipio valenciano de Sagunto, Societat Anònima de Gestió (SAG), ha pedido asimismo a los vecinos del núcleo histórico y del puerto que, en la medida de lo posible, actúen con responsabilidad y minimicen la generación de residuos, ya que está dedicando muchos esfuerzos en las zonas más afectadas por la dana.Dos hombres seleccionan chatarra, este jueves en la montaña de escombros que hay en Aldaia.
Albert GarciaLos expertos alertan desde el inicio de esta crisis humanitaria que la acumulación de basura y restos de animales muertos puede aumentar la posibilidad de contraer infecciones gastrointestinales que provocan bacterias como el campylobacter, una de las cuatro principales causas de diarrea en el mundo. “Lo más importante es eliminar los residuos y el agua estancada para garantizar que la situación de insalubridad desaparezca”, explica Javier Rodrigo Ilarri, subdirector del Instituto de la Ingeniería del Agua y del Medioambiente desde el Campus de Vera de la Universidad Politécnica de Valencia. “Todos los medios técnicos disponibles tienen que estar trabajando para limpiar esas calles”, añade. El especialista alerta especialmente sobre la a orgánica en descomposición –restos de comida, agua estancada y animales muertos– que carga consigo bacterias y virus. “Esto es lo que hay que resolver con urgencia”, advierte.El reto de sacar uno a uno los cochesAparte de la retirada de residuos, la Generalitat tiene todavía un enorme trabajo en el traslado de los miles de coches que se acumulan, muchos inservibles pero no destrozados, en las esquinas de los cascos urbanos, en solares, en aparcamientos o en las ramblas. La fuerza de la riada fue tal que miles se desplazaron a kilómetros desde su lugar de origen. “Al día siguiente [de la dana] salimos a buscar nuestros coches, y comprobamos que ninguno de los que se acumulaban en nuestra calle eran de aquí. Los nuestros ni sabemos donde están”, explicaba una vecina de Paiporta el pasado martes.La Diputación ha habilitado instalaciones en la zona logística del Puerto de Valencia para trasladar vehículos que han sobrevivido a la riada y donde se está elaborando una base de datos para compartir con el consorcio de seguros, que notificará a los propietarios. El trabajo de traslado se prevé faraónico porque se deberá hacer en grúas, absolutamente colapsadas. Otra de las zonas de acopios de coches será el aparcamiento principal de la entrada del Circuit Ricardo Tormo de Cheste, donde en esta mañana del jueves apenas había una decena de vehículos.