La pereza de ir, el estrés de estar haciendo mil cosas a la vez, no tener un baño a mano… Pretextos para alargar el momento de hacer pis hay varios. Pero, una vez más, es importante recordar que para la salud solo hay tiempo, no excusas.
Para empezar, ¿cuántas veces deberíamos acudir al baño al día? Como detalla a CuídatePlus Josep Auguet, urólogo de Vithas Lleida, “durante el día, se considera normal orinar cada dos o tres horas, ya que la vejiga suele empezar a dar señales de llenado con 150-200 ml de orina, produciendo unos 60 ml por hora en promedio”. Por la noche, continúa el especialista, la frecuencia depende de la edad. Así, las personas jóvenes, en general, no se despiertan para orinar, mientras que los mayores pueden hacerlo una o más veces debido a cambios en la función vesical o el sueño.
Más allá de la edad, la frecuencia miccional depende también de otros factores, como el estado de salud y los hábitos de vida, como beber más o menos líquido. “El envejecimiento de la vejiga, enfermedades de la próstata en hombres, movilidad vesical en mujeres y el consumo de fármacos diuréticos influyen en la micción”, explica el especialista, quien añade que una dieta equilibrada y el control del peso pueden reducir problemas urinarios asociados al estilo de vida.
Aguantar la orina de forma esporádica no entraña ningún problema, pero si esto ocurre de forma habitual, Auguet advierte que puede alterar la estructura de la vejiga, “debilitando su músculo y favoreciendo la aparición de divertículos (pequeñas bolsas que se forman en la pared interna del intestino), infecciones y piedras”. Asimismo, aumenta la posibilidad de sufrir retenciones agudas de orina, que pueden derivar en dolor intenso y necesidad de intervención médica: “Orinar cada dos o tres horas ayuda a prevenir estos problemas”, advierte.
A largo plazo, puede aumentar el riesgo de infecciones crónicas. Según el urólogo de Vithas, “el músculo vesical pierde fuerza, dificultando el vaciado completo de la vejiga. Con el tiempo, estos problemas pueden derivar en una vejiga dañada y complicaciones urológicas más severas”.
¿Y si ocurre lo contrario?
Tan malo es resistirse a ir al baño, como frecuentarlo demasiado. Orinar cada hora o menos es una señal de alerta que merece consultar con el médico, pues puede ser consecuencia de diversas patologías, como la vejiga hiperactiva, que implica que el músculo detrusor (fibras musculares involuntarias integradas en la pared de la vejiga) se contrae involuntariamente, generando urgencia miccional incluso con pequeñas cantidades de orina.
Desde la Asociación Española de Urología (AEU), indican que el riesgo de padecer esta enfermedad aumenta con la edad. Además, se han relacionado con ella varias afecciones crónicas comunes, como la depresión, el estreñimiento, trastornos neurológicos y la disfunción eréctil.
Acerca del tratamiento, incluye medicación para relajar la vejiga o controlar estas contracciones, mejorando así la calidad de vida del paciente.