Como las arrugas, las canas son inevitables. Como las arrugas, retrasar su aparición es posible. La genética y el envejecimiento son causa de lo primero; nuestros hábitos de vida, de lo segundo. En este sentido, la alimentación ocupa un papel clave en la formación de canas, “que son la ausencia de melanina (la responsable de darle color a nuestro cabello) en la raíz del bulbo piloso debido al proceso de envejecimiento celular con un importante componente genético”, define Marta Hermosín, especialista en nutrición y dermocosmética del Instituto de Dermatología Integral.
A pesar de que solemos relacionar el pelo blanco con personas mayores, lo cierto es que este también puede presentarse en individuos jóvenes. David Saceda, dermatólogo y miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), explica que al ser la genética el factor más importante en el desarrollo de canas, “si nuestro padre o nuestra madre tuvieron canas a los 30 años, nosotros la tendremos también con toda probabilidad”. El especialista aclara que hay otros motivos que influyen en que esto se adelante o retrase, “que son básicamente hábitos de vida que aumentan o disminuyen nuestro estrés oxidativo”.
Pero, ¿qué es el estrés oxidativo? “Es el acúmulo de sustancias nocivas en el ambiente celular. Esto aumenta en situaciones de consumo de alcohol, tabaco, dietas ricas en grasas, falta de ejercicio o estrés. Todo ello provoca que se envejezca antes y de forma prematura”, responde Saceda.
Por su parte, Hermosín alude a un grupo de investigadores de la Universidad de Nueva York que ha observado cómo en el interior de cada pelo hay algunas células madre que tienen una capacidad única para moverse entre los compartimentos de crecimiento de los folículos pilosos. “Sin embargo, estas se van ‘atascando’ según las personas van envejeciendo, perdiendo la capacidad que tienen de madurar y mantener, de esta forma, el color del cabello, lo que hace que vayan desarrollándose las canas”, detalla la especialista, quien añade que, por tanto, hay que intentar revertir este proceso de envejecimiento con un estilo de vida saludable, que incluye, como ya se ha mencionado al comenzar este artículo, la alimentación.
Nutrientes y alimentos que ayudan a retrasar la aparición de canas
Hermosín apunta qué nutrientes previenen o retrasan el desarrollo de las canas y en qué tipos de alimentos podemos encontrarlos:
Vitaminas del grupo B: la B5, la B6 y, especialmente, la B12 van a ser clave para el cuero cabelludo y el cabello mismo. De esta forma, “es fundamental que busquemos alimentos que sean ricos en este grupo de vitaminas, presentes en las proteínas, en concentrado de proteínas animales (carne de aves, huevo, pescado) o en legumbres (garbanzos, lentejas, etc.)”, indica la nutricionista.
Vitamina D: está presente en alimentos como setas o champiñones.
Calcio: lo encontramos en los productos lácteos.
En cuanto a los vegetales, “tenemos que tener una ingesta adecuada de hojas y brotes verdes, como son los canónigos, las espinacas y, el brócoli, las coles de Bruselas”, señala la experta, quien destaca que, entre las frutas, hay que consumirlas crudas y aquellas que tengan mucha fibra.
El omega 3: es un ácido graso poliinsaturado que colabora a evitar el proceso de envejecimiento e inflamación previo al propio envejecimiento celular, por lo que ayudará a que las canas aparezcan más tarde. “Hablamos de los pescados azules (salmón, sardinas, boquerones, etc.) y el aguacate, entre otros”, afirma.
Alimentos ricos en hierro, como son las vísceras (especialmente el hígado).
Cereales, especialmente, la cebada y el trigo.
Alimentos antiinflamatorios como son la cúrcuma, jengibre, alfalfa, romero, ajo, azafrán, etc.
Minerales como el zinc, selenio, manganeso: presentes en mariscos pequeños, como el camarón; berberechos; ostras; nueces de Brasil; avellanas, almendras; semillas de girasol y mostaza; cereales integrales; edamame; piña; etc.
Qué alimentos favorecen la aparición pronta de canas
Hermosín asegura que es básico evitar alimentos procesados, hidratos de carbono de asimilación rápida, alimentos ricos en grasas saturadas y en azúcares, productos que no están correctamente conservados, tabaco, alcohol y aquellos alimentos que tienen muchos oxidantes.
Además, “hay que tener en cuenta aquellas dietas que restringen este tipo de alimentos, por ejemplo, las que se emplean cuando una persona tiene sobrecrecimiento bacteriano o las que se utilizan para algún tipo de intolerancia o sensibilidad. Esto puede hacer que las canas aparezcan en edades más tempranas (cuya media de aparición normal es en torno a los 40 años)”, comenta la especialista.