La última generación de tratamientos farmacológicos para la obesidad ha dado lugar a un nuevo escenario para estos pacientes, ya que su efectividad (con algunos de ellos se consigue hasta más de un 15% de pérdida de peso y, además, en pocas semanas) como sus, hasta el momento, pocos efectos secundarios potenciales, están ampliamente demostrados.
Tal y como explica a CuidatePlus Cristóbal Morales, vocal de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO) y responsable de la Unidad Salud Metabólica, Diabetes y Obesidad del hospital Vithas Sevilla, “un aspecto clave a la hora de hablar de esto medicamentos es incidir en que los pacientes a los que se les han prescrito están bajo control y seguimiento médico, ya que sabemos que son personas que llevan mucho tiempo haciendo frente a una enfermedad que es crónica. Por eso es tan importante que, además del fármaco, estos pacientes tengan un plan nutricional adecuado y saludable, que le permita tener una visión muy positiva de la alimentación”.
Ozeimpic y compañía: qué se puede esperar de ellos
De acuerdo con la Guía GIRO de la SEEDO, actualmente hay en España cinco tratamientos farmacológicos aprobados para la obesidad: orlistat, bupropión/naltrexona tirzepatida (Mounjaro), y liraglutida y semaglutida (ambos pertenecientes al grupo de los anti GLP-1).
La semaglutida es el principio activo de los fármacos más “populares”: Ozeimpic (nombre del medicamento que se utiliza para la diabetes, aunque también se administra en pacientes obesos) y Wegovy (la semaglutida tal y como se receta para la pérdida de peso). Los expertos hacen hincapié en que estos fármacos no son para todo el mundo ni para una pérdida de peso con fines estéticos (dos o tres kilos de más) , sino que tal y como se detalla en su ficha técnica, la semaglutida se indica como complemento a una dieta baja en calorías y a un aumento de la actividad física para el control, pérdida y mantenimiento del peso, en adultos con un Índice de Masa Corporal (IMC) mayor a 30 kg/m2, considerado obesidad, y también en personas con sobrepeso (IMC de 27 a 30 kg/m2) y problemas de salud asociados (hipertensión, enfermedad cardiovascular…).
Se presentan en forma de plumas autoadministrables (mediante un pinchazo) con un dosificador incorporado que carga la dosis prescrita. La pauta general es de una dosis semanal.
“El objetivo de este tratamiento, crónico y de por vida, es ayudar a las personas que padecen obesidad a tratar su problema mediante el control del apetito (hambre cerebral), del hambre hedónica (por placer, debido a la liberación de dopamina que producen) y el control del hambre intestinal. Además de este control de los distintos tipos de hambre y del manejo de los síntomas asociados a la obesidad, estos medicamentos también ayudan a mantener unos hábitos de vida saludables”, apunta Cristóbal Morales.
¿Por qué algunas personas dejan el tratamiento en Navidad?
Como consecuencia de su mecanismo de acción, estos fármacos tienen un impacto directo en la sensación de hambre y saciedad que explica el doctor Morales: “La sensación de saciedad es más temprana y el estómago se vacía más lentamente, y por ello no hay una ingesta excesiva de calorías, y ahí radica el principal beneficio de este fármaco en cuanto a la pérdida de peso”.
Directamente relacionada con estos efectos está la tendencia a “saltarse” el tratamiento, suprimiendo una o varias dosis durante las fiestas navideñas, sobre la que los especialistas están advirtiendo y que en países como EEUU cuentan con auténticos “promotores” en las redes sociales. Un ejemplo es la popular tiktoker Julie Stoll-Kelly que comparte con sus seguidores sus experiencias en este sentido (obviamente, sin aval médico).
Entre los motivos que alegan los que optan por lo que ya se conoce como “vacaciones de Ozeimpic” están la incomodidad que les produce sentirse llenos al poco de empezar a degustar las comidas y cenas festivas; evitar que esa sensación de plenitud les impida disfrutar plenamente de la calidad y la cantidad de las ingestas navideñas; no tener que dar explicaciones respecto a por qué comen menos cantidad que el resto de comensales y, también, por una cuestión de ahorro (estos fármacos no están financiados en muchos países).
Según Cristóbal Morales, también en España hay muchos pacientes deciden hacer una pausa, algo totalmente comprensible en circunstancias como las fiestas navideñas, pero califica de falso mito la idea de que estos fármacos impidan el pleno disfrute de las comidas:
“Lo que sí es cierto es que la semaglutida ejerce una acción a nivel del hipotálamo como consecuencia de la cual el cerebro, de manera natural, elige alimentos más saludables. Es decir, la comida se disfruta, pero el control del apetito y de la saciedad que produce el fármaco favorece que, de manera biológica, no haga falta comer tanta cantidad, de ahí que las ingestas calóricas sean menores”.
Asimismo, el doctor Morales apunta que en base a su experiencia con estos pacientes, la razón de saltarse la dosis no es tanto la “falta de disfrute” de la comida sino la presión del entorno: “La mayoría de las veces, en una reunión o evento social no quieren, no les apetece (y tampoco deben) dar explicaciones a la familia o a los amigos sobre su plan de adelgazamiento. A esto hay que unir la ‘coacción’ que puede suponer el hecho de que el entorno tiende a incitarlos a comer y a que hagan ingestas más copiosas”.
Respecto a cómo puede afectar al proceso de pérdida de peso hacer una “pausa navideña” del tratamiento, Cristóbal Morales afirma que “por lo general, si hay una omisión del pinchazo semanal de forma puntual, no pasa nada. La recomendación, tal y como está recogida, es que se puede retomar a la semana siguiente a la misma dosis anterior del fármaco. Si han pasado más de dos semanas, la indicación es que vuelva a unas dosis más pequeñas (reducir a la dosis inicial), porque son medicamentos en los que hay que calcular la cantidad en función del efecto que se quiera conseguir”.
El especialista incide en la importancia de compartir y consultar esta decisión con el equipo especializado y con el endocrino para evitar posibles consecuencias de la omisión de la dosis. “En cuanto a impacto en el proceso de adelgazamiento, es cierto que puede haber un aumento de peso, pero es perfectamente controlable, ya que en el tratamiento se establecen unas pautas de acompañamiento en estas fechas”.
Mesa, mantel… y semaglutida
¿Deben las personas que están siguiendo un tratamiento antiobesidad adoptar alguna pauta especial respecto a los menús típicos de las fiestas navideñas? “En cuanto a las recomendaciones al sentarse a la mesa, serían las mismas que se hacen de forma general a toda la población. Yo les aconsejaría que disfruten de estos momentos agradables con la familia y el entorno, siendo conscientes de que durante el resto del año siempre van a tener que seguir una alimentación consciente y practicar ejercicio. Asimismo, es importante que recuperen cuanto antes su plan de vida saludable para que el impacto de estas celebraciones no sea negativo”, afirma Cristóbal Soria.
Sin embargo, el experto aconseja no perder de vista en estas ingestas las pautas dietéticas generales que deben seguir los pacientes tratados con un fármaco anti GLP-1, y de forma ilustrativa remite a las recomendaciones en este sentido en el caso del Wegovy para reforzar el efecto y minimizar los posibles efectos adversos :
Reducir la cantidad de comida (“hay que prestar especial atención al tamaño de las raciones de los platos navideños, ya que se experimenta más saciedad y menos hambre”, recuerda Cristóbal Morales).
Comer alimentos suaves y bajos en grasas, como galletas saladas, tostadas y arroz
Evitar los alimentos altos en grasas, fritos y picantes
Consumir menos bebidas alcohólicas y carbonatadas
Beber más agua y tomar más alimentos ricos en fibra
No comer si uno se siente lleno o sin hambre
No acostarse después de comer
Si es posible, salir fuera y respirar aire fresco
En la misma línea, Ignacio Sajoux, director científico de Pronokal Group, recuerda que los tratamientos farmacológicos para la obesidad requieren cambios en el estilo de vida, incluyendo la práctica de ejercicio y la dieta, y respecto a ésta, pone de relieve el papel de las proteínas como “aliadas” en este plan de alimentación: “Tal y como indican las guías médicas, la pauta nutricional como acompañamiento a estos fármacos debe mantener una distribución de macronutrientes con un mínimo de un 15% de proteína, o incluso llegar a un 25% (siempre en el marco de una dieta variada y rica en otros nutrientes) para así asegurar la preservación de la masa muscular”.
El flexy-healthy: un beneficio añadido
Para Cristóbal Morales, al margen de la decisión de saltarse o no la dosis y del tipo de alimentación más recomendable, es muy importante que el paciente se enfrente a las comidas navideñas con la actitud adecuada, y explica que, aunque el abordaje es muy personalizado y no hay una recomendación general, es totalmente lógico y permisible relajarse un poco respecto al tratamiento y optar por una flexibilidad que, en opinión del endocrinólogo, es beneficiosa: “El enfoque de este tratamiento permite que el hecho de ‘abrir un poco la mano’ en ocasiones como las fiestas navideñas no genere un sentimiento de culpa sino que sea asumido por el paciente como una oportunidad para disfrutar en familia, sabiendo que luego hay que cuidarse”.
“Somos conscientes de que la obesidad es una enfermedad compleja, crónica y con recaídas, y en este sentido, resulta muy eficaz que el paciente no tenga una relación con la comida basada en la culpa, sino que adopte el concepto de flexy-healthy, en el que asuma que tiene que cuidarse durante toda su vida mediante hábitos saludables y un plan personalizado que incluya la práctica de ejercicio. Con el uso de estos fármacos los especialistas intentamos inculcar y mantener hábitos de vida dirigidos no sólo a adelgazar, sino también a mantener un peso saludable, siempre desde el enfoque de que se trata de una terapia a largo plazo”, concluye el vocal de la SEEDO.