La vicepresidenta Victoria Villarruel fue abucheada por una multitud este lunes 21 de abril por la noche, al salir de la misa por el último adiós al Papa Francisco en la Basílica de San José de Flores, con consignas en contra del Gobierno y la última dictadura. Si bien al ingreso la vicemandataria no tuvo ningún inconveniente y pudo participar de la ceremonia junto con otros referentes políticos, como la vicejefa de Gobierno porteño, Clara Muzzio, y los diputados Germán Martínez y Leandro Santoro, al salir se encontró con un escenario más hostil. La multitud congregada en las escalinatas de la Basílica ubicada en la Avenida Rivadavia 6950, en la que Francisco dio sus primeros pasos en la fe católica, cuando divisó que Villarruel salía del templo comenzó a silbar y gritar “¡que se vaya!” y “¡como a los nazis les va a pasar, adonde vayan los iremos a buscar!”. Este último cántico suele ser utilizado en alusión a los responsables de los crímenes de la última dictadura.
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Antes de ingresar a la Basílica estallada de fieles, Villarruel había expresado ante la prensa que deseaba: “Solo recogimiento y acompañar a los católicos y al pueblo argentino en el dolor que sentimos por la pérdida de nuestro Santo Padre. Solamente quiero hablar hoy de lo que fue el Papa Francisco, todo lo que ocurra después lo hablamos en otro momento”. Sin más incidentes que los abucheos, la vicepresidenta fue escoltada hasta su auto, abandonó el recinto y los cantos se silenciaron. Luego dejaron el lugar el resto de los dirigentes políticos que, sin embargo, no recibieron el mismo trato.
El mensaje del arzobispo García Cuerva durante la misa
La misa sucedió en un tono distinto al episodio de la vereda. El arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, sostuvo: “Se nos murió el padre de todos, el padre de toda la humanidad, que insistió una y mil veces que en la Iglesia tenía que haber lugar para todos”. “Nos reunimos para rezar por el descanso de nuestro santo padre Francisco. El criterio del pontificado fue que Dios nos ama con locura, que Dios nos ama mucho y que nunca se cansa de perdonarnos, que somos nosotros los que nos cansamos de pedirle perdón. Por eso, una vez más y con el corazón arrepentido, nos ponemos delante del Señor y le pedimos perdón por nuestra falta”, agregó. Francisco, el Papa del “Fin del mundo” que fue llamado a “reparar” a la Iglesia católica Al mismo tiempo, señaló que el Papa afrontó las problemáticas de la época. “La gran tentación de la humanidad es tapar los problemas, maquillarlos. Si algo hizo Francisco fue, al contrario, ponerlos sobre la mesa para generar debate, para darnos cuenta de lo que está pasando, porque no hay nada peor que no reconocer los problemas”, dijo García Cuerva. Y concluyó: “Ojalá que los argentinos, que tanto hablamos de Francisco, nos animemos a vivir su legado, viviendo la unidad que tanto necesitamos, viviendo verdaderamente como hermanos, tratándonos bien, y haciendo lo que tanto predicó Francisco: la revolución de la ternura”. LM/ML