26 diciembre, 2024

La tosferina se dispara en España: a quién puede afectar y qué hacer


Los casos de tosferina en España -y en otros países europeos- han experimentado un fuerte crecimiento este año. Según un informe publicado por el Centro Nacional de Epidemiología, el brote que se inició en 2023 ha causado, a tenor de los datos provisionales hasta el 8 de julio de 2024, 5 muertes: una el año pasado y las restantes 4 en el año en curso. Las cifras de incidencia hablan por sí solas: en todo 2023 se registraron 2.780 casos, frente a 23.739 en los primeros 7 meses de 2024.
Tres de los fallecidos eran bebés lactantes de menos de 4 meses de edad. En dos de los casos la madre no había recibido la vacuna de la tosferina, mientras que en el tercero había sido vacunada solo 5 días antes del parto. Las otras dos muertes corresponden a una mujer de 73 años en cuidados paliativos y un hombre de 83 con coinfección respiratoria por otros microorganismos.

Síntomas de la tosferina

La tosferina es una infección respiratoria altamente contagiosa producida por la bacteria Bordetella pertussis. Los síntomas que presenta en sus inicios son idénticos a los de otras infecciones respiratorias y es precisamente en esta primera fase catarral cuando existe una mayor probabilidad de contagio. 
Según informa la Asociación Española de Pediatría (AEP), los síntomas de la tosferina aparecen, por lo general, entre 7 y 10 días después de que la persona haya estado expuesta al contagio, pero algunas veces pueden pasar hasta 6 semanas antes de que se manifiesten.
Al principio, la enfermedad se presenta como un resfriado común, con congestión nasal, moqueo, estornudos y, en algunos casos, tos o fiebre. A medida que progresa, aparecen los síntomas tradicionales de la tosferina, que son los siguientes:
Ataques de tos, seguidos de un fuerte silbido al coger aire.
 
Vómitos con la tos.
 
Agotamiento (cansancio muy acusado) después de los accesos de tos.

Personas con más riesgo de enfermedad grave y muerte

Los más afectados por el actual brote de tosferina han sido los niños de 10 a 14 años, con el 60% de la incidencia según los datos ofrecidos por la AEP en abril de este año. Por este motivo, el Comité Asesor de Vacunas de la AEP considera necesario reforzar el calendario vacunal infantil incluyendo una dosis adicional de recuerdo frente a la tosferina antes de la adolescencia.
Esta dosis de recuerdo tiene como objetivo principal frenar los contagios, ya que los preadolescentes no constituyen el grupo con más riesgo de enfermedad grave y fallecimiento, pero actúan como transmisores. De hecho, los expertos ponen el foco en los portadores asintomáticos para proteger, sobre todo, a los bebés. 
Los lactantes menores de 3-4 meses presentan una importante tasa de complicaciones y mortalidad.

Los lactantes mayores de 6 meses y los niños de hasta 15 años tienen un riesgo moderado de enfermedad grave si no están vacunados (aunque sea de forma parcial) y tienen un riesgo bajo si están completamente vacunados.
Los adolescentes mayores de 16 años y los adultos de hasta 64 años tienen un riesgo moderado que se reduce a bajo si han recibido recientemente una dosis de refuerzo de la vacuna.
Por último, los mayores de 65 y las personas de cualquier edad con afecciones subyacentes tienen un riesgo moderado general de tosferina.

Qué hacer frente a la tosferina

El Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) plantea las siguientes recomendaciones para hacer frente al brote de tosferina:
Lograr y mantener una alta cobertura de vacunación. 
 
Promover la inmunización materna, que constituye una estrategia muy eficaz para prevenir la infección y la muerte en los lactantes pequeños. 
 
Aumentar la concienciación de los profesionales de la salud sobre la situación epidemiológica de la tosferina en su área geográfica, la presentación clínica de la enfermedad y la prevención a través de la vacunación. La tosferina puede ocurrir en personas de todas las edades con diferentes cuadros clínicos, y la sospecha clínica suele ser baja.
 
Reforzar la vigilancia epidemiológica de la tosferina y garantizar la capacidad de salud pública para ofrecer la respuesta adecuada en cada momento.
 
Reforzar la comunicación de riesgos sobre la enfermedad y la importancia de la vacunación, y las estrategias para promover la aceptación y aplicación de la vacuna.
Las vacunas que se usan en España desde 2007 para prevenir la tosferina suelen inocularse de los 2 meses de edad a los 6 años en cuatro dosis. Se trata de vacunas efectivas e inmunógenas, pero su protección decae notablemente en un plazo de 5 a 10 años. De ahí la propuesta de los expertos de ampliar las coberturas de inmunización.

Bibliografía

Fuente

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