La extracción de un diente para sustituirlo por un implante se debe realizar en aquellas situaciones en las que el diente no se puede mantener, ya sea porque tiene una caries importante no restaurable, por la presencia de una periodontitis muy avanzada y/o por la existencia de una fractura vertical.
En algunas situaciones, si hay hueso suficiente en el momento de la extracción, se puede colocar el implante en el mismo día de la extracción. Es lo que se conoce como implante inmediato. Si esto no es posible, lo normal es esperar entre dos y cuatro meses a que cicatrice el hueso y la encía después de la extracción para colocar el implante (o sea, el tornillo que va fijado al hueso).
Además, si se dan las circunstancias adecuadas, se puede poner a veces una corona provisional (el diente que va encima del implante) el mismo día o dentro de la primera semana tras la colocación del implante. Es lo que se llama carga inmediata. Estas coronas son fijas y estéticas, aunque los pacientes tienen que tener cuidado a la hora de masticar durante las primeras semanas. Para poder realizar una carga inmediata, el dentista tendrá que evaluar distintos factores y decidir si es posible o no en cada caso.
Si no procede, después de colocar el implante hay que esperar entre dos y seis meses para colocar la corona. Este tiempo de espera viene determinado fundamentalmente por si ha habido que hacer una regeneración de hueso simultánea a la colocación del implante. En general, si no hay hueso suficiente y el implante ha quedado bien anclado, se pueden tomar medidas para colocar la corona sobre el implante a las ocho semanas. Si, por el contrario, había poco hueso para colocar el implante y hubo que hacer una técnica de regeneración ósea o si el implante quedó poco estable durante la cirugía, habrá que esperar un periodo de cicatrización mayor (entre cuatro y seis meses).
Una vez tomadas las medidas para colocar la corona, se tienen que hacer normalmente pruebas intermedias para comprobar que el ajuste, el color y la forma de la misma son correctos. A veces, incluso, se colocan coronas provisionales para que la encía se ajuste a la forma de la corona y, cuando los tejidos ya tienen la forma adecuada, se colocan las coronas definitivas.
En definitiva, los tiempos de colocación de un implante y su corona después de una extracción van a depender fundamentalmente del hueso disponible que haya en el momento de la extracción, de la localización de la pieza y de las características del paciente.
Formas de colocar el implante
Existen dos maneras:
Inmediata: si hay hueso suficiente para asegurar la estabilidad primaria del implante en la posición ideal. También depende de otros factores como la cantidad de encía que haya, la posición del diente, el estado sistémico del paciente, si hay infección aguda…
Tardía: si no es posible colocar el implante el mismo momento y se coloca al cabo de varias semanas/meses después de la extracción. De nuevo, el tiempo de espera va a depender de la zona a tratar, de si hay que regenerar previamente el hueso o no…
Cómo se coloca la corona sobre el implante
De nuevo, hay dos formas:
Inmediata: el mismo día (o dentro de la misma semana) que se ha procedido a la colocación del implante se carga con una corona provisional fija sobre el implante. Este tipo de tratamiento sólo se puede hacer en determinadas circunstancias: si el implante queda muy estable, no se requiere una regeneración ósea importante, si el paciente tiene cuidado con la masticación… Al cabo de unos meses, se procederá a colocar las coronas definitivas.
Diferida: habrá que esperar entre dos y seis meses para destapar el implante (en caso de que haya quedado cubierto por la encía) y tomar medidas para colocar la o las coronas sobre los implantes.
Y no olvides que antes de iniciar cualquier terapia de implantes, es preciso que se goce de una buena salud periodontal. Tener enfermedades como la periodontitis reducen drásticamente el éxito de esta terapia y acortan notablemente la supervivencia de los propios implantes dentales.
Amenazas
La aparición de infecciones es la principal amenaza para la buena salud de los implantes. Se distinguen dos tipos:
Mucositis: es una patología similar a la gingivitis que se produce alrededor de los dientes. Se caracteriza por la inflamación y el sangrado de la mucosa que rodea al implante dental. Si no se trata a tiempo puede evolucionar a una periimplantitis.
Periimplantitis: es una patología similar a la periodontitis que se produce alrededor de los dientes. Se caracteriza por la inflación de la mucosa periimplantaria y, además, la pérdida de hueso alrededor del implante dental. Si no se trata a tiempo, puede dar lugar a importantes problemas estéticos, incluso, a la pérdida del implante.
Aunque estas infecciones están originadas por la presencia de bacterias, existen algunos factores de riesgo capaces de aumentar las posibilidades de padecer alguna de estas dos patologías:
Higiene deficiente: La acumulación de bacterias alrededor de los implantes dentales tiene un efecto negativo sobre la salud de la mucosa periimplantaria y sobre el hueso que les da anclaje.
Pacientes con periodontitis: Los pacientes con periodontitis tienen mayor riesgo de padecer infecciones alrededor de los implantes dentales, especialmente si la periodontitis no ha sido tratada previamente a la colocación de los implantes.
Tabaco: El consumo de tabaco incrementa el riesgo de perder hueso alrededor de los implantes dentales. Parece además que el riesgo es proporcional al número de cigarrillos consumidos.
Cuidados imprescindibles
Después de realizar un tratamiento con implantes dentales, si no se cuidan adecuadamente, pueden aparecer problemas. La frecuencia de estas complicaciones puede ser elevada. Al igual que con los dientes y las encías, cuidar los implantes dentales y los tejidos blandos que los rodean (mucosa periimplantaria) está en manos de cada persona. La salud y la duración de los implantes dentales están claramente asociados con la salud de las mucosas que los rodean.
Siguiendo estos sencillos pasos de forma diaria, se puede reducir el riesgo de aparición de problemas en los implantes dentales y en la mucosa periimplantaria que los rodea.
Dos veces al día
Cepillar correctamente los dientes, encías, mucosas e implantes dentales.
Limpiar siempre entre los dientes y entre los implantes, con seda dental o con cepillos interdentales específicos.
Realizar enjuagues con un colutorio adecuado, cuando esté indicado.
Cada tres meses
Al menos una vez al año
Visitar al dentista. Revisar los implantes dentales y el resto de la boca.