3 enero, 2025

Alejandra de Pedro, terapeuta de pareja: “Las 5 preguntas que debes hacerte antes de dar el gran paso”


Hay quien da el gran paso e inicia una convivencia con su pareja sin pensárselo dos veces. Otras personas tienen miedo al compromiso y necesitan años para lanzarse a vivir con su chico o chica, ya sea con boda o sin papeles. A todos ellos van dirigidas las 5 preguntas clave que, según la psicóloga y terapeuta de pareja Alejandra de Pedro, deberían plantearse quienes están a punto de tomar una decisión que puede cambiar sus vidas para bien… o mal.  

¿Montaría un negocio con esa persona?

El tópico dice que no es una buena idea mezclar los negocios con las relaciones de pareja. En este caso, no se trata de entrar en la discusión de si es aconsejable o no compartir trabajo o emprender con quien se comparte cama. Lo que propone la psicóloga es plantearse esta hipótesis como herramienta que ayude a tomar una decisión. “Te hará reflexionar acerca de si hacéis buen equipo, si tenéis formas similares de ver y gestionar las finanzas y si confías en tu pareja para manejar ciertas responsabilidades”, apunta. “Una relación, al igual que un negocio, es un proyecto”. Si no confías en la otra persona para otro tipo de proyectos, “¿cómo vas a confiar para el proyecto más importante de tu vida?”

¿He conocido a esa persona cuando las cosas se han puesto ‘feas’?

Todo el mundo es majísimo en las fiestas o de copas, pero cuando se demuestra el verdadero carácter de alguien es cuando las cosas vienen mal dadas. Así lo considera la terapeuta de pareja, quien asevera que es “relativamente fácil estar bien cuando las cosas salen bien”. Pero “muchas parejas se disuelven cuando ocurre alguna crisis, cuando hay que cuidar de alguien, cuando alguien está mal, cuando hay problemas económicos…”. Es entonces cuando descubren facetas de su compañero o compañera que desconocían. En definitiva, los tiempos difíciles constituyen una oportunidad inmejorable para “ver si nos hacemos más daño o si nos ayudamos”. La psicóloga aconseja ponerse en alguno de los peores escenarios posibles: “¿Qué pasaría si nos separamos? ¿Es mi pareja alguien que yo presiento que vaya a hacerme daño? ¿Qué pasará si las cosas no funcionan entre nosotros?”.

¿Quiero a esa persona tal y como es ahora o estoy proyectando un ideal de lo que creo que podría llegar a ser? 

El futuro llegará y no sabemos exactamente cómo será, pero mientras tanto hay que vivir en el presente. “Por supuesto, a lo largo de los años vamos a ir cambiando y, con suerte, cambiaremos a mejor junto con esa persona”, señala de Pedro. Pero no se puede fiar todo a transformaciones de la personalidad o del carácter que es muy posible que nunca lleguen. Si alguien te hace daño ahora, ¿por qué tienes que esperar a un hipotético cambio? La terapeuta escucha con frecuencia las siguientes frases: “Si mi pareja fuera a terapia, todo iría bien” o “yo creo que cuando tengamos hijos sentará la cabeza”. Su consejo: “No pienses que casarte, tener hijos o ir a terapia va a solucionar todos vuestros problemas”. En resumen, la pregunta acertada es “si quieres estar con esa persona tal y como es ahora”.

¿Esa persona me hace la vida más fácil?

¿Te da paz saber que está ahí o te genera angustia y ansiedad? “Muchas personas, cuando se separan, reflejan sentir un gran alivio, como un peso que se les quita de encima”, revela de Pedro. Y esto es porque durante la relación “había algo que les consumía: tenían que estar siempre detrás de esa persona para que cumpliera con sus responsabilidades o tal vez estaban siempre alerta porque cada cierto tiempo había algún drama o no se sentían seguros”. Evidentemente, vivir en pareja supone asumir numerosas responsabilidades y, “en ciertos sentidos, es posible que tu vida sea un poco más difícil”. Pero es importante “que esos esfuerzos se vean compensados también en positivo, es decir, que en muchos otros sentidos tu pareja te ayude, te releve, te quite pesos de encima y que cuando te pase algo malo pienses: menos mal que tengo a esta persona”.

¿Tenemos los mismos objetivos vitales y las mismas metas?

No es preciso que los componentes de una pareja sean como dos gotas de agua en cuanto a gustos, preferencias o expectativas, pero hay diferencias que suponen un abismo irresoluble, según la psicóloga. “Muchas parejas se comprometen sin tener bien definido su proyecto de vida y sin estar sus metas alineadas, y esto para mí es un grave error”. En su opinión, si por ejemplo “uno quiere tener hijos y el otro no, si uno se quiere casar y el otro no, o uno quiere vivir en una parte del mundo y el otro en otra, os vais a ver forzados a elegir entre vuestros deseos y el amor”.

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