26 diciembre, 2024

El hábito sencillo que reduce tu riesgo de infarto entre un 15 y un 45%, según cardiólogos

Los factores de riesgo cardiovascular tradicionales son la hipertensión arterial, el tabaquismo, la hipercolesterolemia, la obesidad y la diabetes, entre otros. Actuar sobre cada uno de ellos reduce el riesgo cardiovascular. Sin embargo, existen otros factores no tradicionales que también implican un riesgo cardiovascular importante y a los que no se les concede la importancia que merecen. 

Nos referimos, en concreto, a la infección por el virus de la gripe. Se ha visto una relación directa y estadísticamente significativa entre la enfermedad de la gripe y el desarrollo de enfermedades cardiovasculares de todo tipo:  

Cardiopatía isquémica, es decir, angina de pecho, infarto de miocardio y muerte súbita. 

La buena noticia es que, igual que para los factores de riesgo cardiovascular tradicionales existen herramientas de tratamiento (modificación de estilos de vida, antihipertensivos, antidiabéticos, fármacos para reducir el colesterol, etc), también existen medidas que permiten reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular asociado al virus de la gripe.  

Un reciente análisis refleja  que la vacunación antigripal reduce el riesgo relativo de infarto entre un 15 y un 45%, según explica Amelia Carro, especialista en Cardiología y directora del Instituto Corvilud, de Asturias. 

De hecho varias sociedades científicas han elaborado un documento de consenso para difundir los efectos beneficiosos de la vacuna de la gripe, en particular en lo que a prevención de eventos cardiovasculares se refiere. 

Este efecto protector es comparable con la eliminación de otros factores de riesgo cardiovascular tradicionales como el tabaquismo, cuyo cese se estima que se asocia con una reducción del riesgo de entre un 32 y un 43%, según explica Amelia Carro. 

Como recoge el documento, también es comparable al uso de fármacos antihipertensivos, que inducen una reducción del riesgo cardiovascular del 17-25%, o los fármacos para el control del colesterol, que lo disminuyen un 19 y un 30%. 

Mecanismo fisiopatológico 

El documento de consenso revisa los mecanismos fisiopatológicos que relacionan los eventos cardiovasculares y la gripe. Así, ante el proceso infeccioso originado en el pulmón, se producen diversas alteraciones con consecuencias sobre el sistema cardiovascular, tanto por sus implicaciones locales, como hipoxemia e hipoxia tisular, como por las derivadas de la inflamación sistémica. 

“Por un lado, la hipoxemia puede provocar daño miocárdico de origen no isquémico y es también un potencial desencadenante de arritmias. Por otro, la inflamación puede afectar directamente a las placas de ateroma, generar un estado procoagulante y producir una disfunción endotelial, que conduce la vasoconstricción coronaria y a la isquemia miocárdica, todo ello capaz de desencadenar un infarto”, detalla la cardióloga Amelia Carro. 

El documento indica también que algunos estudios han descrito un mecanismo indirecto por el cual la infección gripal provocaría la ruptura de las placas ateroscleróticas que desencadenan eventos clínicos, tanto  infartos como accidentes cerebrovasculares. En concreto, “la infección actuaría como un estímulo inflamatorio que activaría el sistema inmunitario”, detalla la cardióloga. La respuesta del sistema inmunitario aceleraría el crecimiento de las placas ateroscleróticas, además de su progresión e inestabilidad. 

Y también se especula con un posible efecto directo de la infección vírica. “se ha aislado componente genético del virus en las propias placas de ateroma, lo que indica una replicación viral in situ”, explica la doctora Carro. 

El riesgo persiste hasta un año después 

La acción del virus a nivel cardiovascular tiene un efecto agudo, durante el tiempo de infección activa, es decir aproximadamente de 7 a 14 días, pero también más allá de este periodo. De hecho, se ha visto que el riesgo persiste hasta un año después de haber padecido la gripe. “Esto se ha demostrado en amplias series de pacientes, ajustando por otros factores de riesgo cardiovascular que pudieran actuar como confusores”, matiza Amelia Carro. 

Para esta cardióloga, “la evidencia existente sobre los beneficios de la vacunación antigripal tiene una gran importancia clínica y sanitaria”. No obstante, las tasas de vacunación continúan estando muy por debajo de los objetivos marcados por las principales organizaciones de salud. La cardióloga comenta que “hay una tendencia general a infraestimar el riesgo cardiovascular y esta puede ser una de las razones por las que la población no se conciencia sobre la importancia de la vacunación”. 

Fuente

Comparte esta noticia:

Otras noticias:

Noticias relacionadas