El bruxismo, es decir, el hábito de apretar los dientes y contraer los músculos frecuentemente de forma involuntaria, ocasiona problemas tanto en la dentadura como en los músculos que mueven la mandíbula y en la articulación temporomandibular.
Uno de los principales problemas del bruxismo es que los dientes pueden ejercer una presión excesiva en los músculos, los tejidos y las estructuras que rodean la mandíbula.
El bruxismo puede producir al despertar dolor, tensión o signos de una contractura sobre los músculos, pequeños pero muy potentes, que cierran la mandíbula: masetero, temporal y pterigoideo, así como limitación para apertura de la boca a primera hora del día por la rigidez del músculo que ha estado contraído durante la noche.
Además del desgaste de los dientes, el bruxismo puede ser causa de dolor de cabeza por la contractura de los músculos, así como de dolor facial y también de cambios en la morfología de la cara. En muchos casos, el diagnóstico se produce tras una visita al dentista, que observa el desgaste de los dientes, sobre todo, los incisivos y los caninos, debido a la acción del bruxismo.
La importancia de la postura
Además de consultar con un especialista para establecer un diagnóstico preciso y establecer el tratamiento más adecuado en cada caso, asegurar una postura correcta puede ayudar a evitar tensión innecesaria en los músculos y aliviar las consecuencias del bruxismo. El yoga facial es una de las herramientas que puede contribuir a mejorar la adquisición de una postura facial correcta.
“Para mejorar la postura, debemos despertar los músculos que no están funcionando y utilizarlos adecuadamente, es decir, restaurar la función del músculo”, explica Maiko Tamara, experta en formación en yoga facial y en el tratamiento del bruxismo a partir de la corrección de la postura”.
Maiko Tamara propone una serie de ejercicios sencillos y efectivos que pueden realizar en su casa quienes tengan tendencia al bruxismo para tratar de aliviar la tensión en los músculos implicados.
Masajear el músculo esternocleidomastoideo
Masajear este músculo largo bilateral del cuello durante 30 segundos, realizando una especie de amasamiento de abajo a arriba. A continuación deslizar la mano a lo largo del cuello, también de abajo hacia arriba, hasta la línea occipital del cráneo, manteniendo el músculo en el centro de la palma. Repetir 5 veces.
Inclinar la cabeza hacia el lado derecho, ayudándonos con la mano del mismo lado para estirar el músculo esternocleidomastoideo, y a la vez sacar la lengua hacia abajo todo lo que se pueda. Mantener esta postura durante cinco respiraciones. Realizar los mismos pasos en el otro lado de la cara.
Masajear los músculos que envuelven los pómulos
Hacer un puño con la mano y con los nudillos masajear a lo largo de los pómulos en dirección a la oreja. Situar el puño encima del maxilar superior. Masajear con un pequeño movimiento horizontal. Continuar con el movimiento hacia la oreja, siguiendo la línea de los huesos cigomático y temporal. Presionar, pero sin arrastrar la piel. Masajear durante un minuto.
Masajear los músculos temporales
Colocar los nudillos medios en los músculos temporales y moverlos en círculos durante un minuto.
Los temporales son músculos ubicados en las caras laterales del cráneo y son muy importantes en la masticación. Se originan en la fosa temporal y se insertan en la apófisis coronoides de la mandíbula y su función es permitir el cierre de la misma. Es un músculo que se tensa cuando se aprietan los dientes, lo que puede provocar fatiga muscular y dolor de cabeza.
Cuando los músculos temporales están tensos, el flujo sanguíneo alrededor de los ojos se deteriora y provoca vista y mirada cansada. Y cuando los músculos temporales se vuelven rígidos causan distorsión en el rostro.
La pérdida de tono de los músculos temporales puede dar también lugar al surgimiento del surco nasogeniano y a la caída de los pómulos.
Relajar la mandíbula
Mantener el centro de la lengua pegado al velo del paladar superior durante este ejercicio. Adelantar la mandíbula inferior y exhalar. Volver a la posición inicial. Inhalar. Adelantar y desplazar la mandíbula inferior hacia la izquierda exhalando. Inhalar y volver la posición inicial.
Adelantar la mandíbula a la derecha, exhalando. Realizar tres veces las distintas posiciones. Tener precaución de no pegar la parte posterior de la lengua para evitar crear tensión en el músculo pterigoideo medial.
Masajear el músculo masetero
Abrir la boca sin forzar, como si fuésemos a pronunciar una O amplia. Con las manos mirando hacia arriba y utilizando los pulgares presionar con ellos el músculo masetero hacia atrás, desde arriba hasta abajo. Realizar un ejercicio durante un minuto.
El masetero, situado en la parte lateral de la cara, justo por delante del oído, es uno de los músculos más poderosos del cuerpo y es el principal responsable de la masticación, al permitir levantar la mandíbula inferior durante el proceso.
Para la realización de los ejercicios de masaje, es conveniente la utilización de un aceite o crema que facilite el deslizamiento.