Con la edad las proteínas del cristalino se deterioran, circunstancia que da origen al tipo de catarata más frecuente, que es la asociada al envejecimiento. Los síntomas de este cuadro clínico varían mucho de unas personas a otras, según explica el profesor Luis Fernández-Vega Sanz, director del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, centro donde ha sido intervenido el presidente del Partido Popular Alberto Núñez Feijóo y donde este jueves ha recibido el alta, dos meses después de haber sido operado en la misma clínica entonces por un desprendimiento de retina.
Algunos de los síntomas que pueden advertir sobre la existencia de una catarata son:
Deslumbramiento más intenso con la luz: la persona que sufre de cataratas es más sensible a la luz, hasta el punto de llegar a molestarle y también cuando conduce de noche.
Mejora de la visión: en algunas ocasiones, los pacientes afectados de cataratas manifiestan de forma paradógica, señala Fernández-Vega, que su visión de cerca ha mejorado notablemente. Esta situación se debe al comienzo de la formación de la catarata, el ojo se está miopizando, lo que provoca una mejora de la visión de cerca del paciente. Por ello, es aconsejable visitar al oftalmólogo para determinar si está comenzando a formarse una catarata.
Visión borrosa: este es uno de los síntomas más frecuentes de las cataratas. El paciente percibe una neblina que impide la correcta visión, lo que interfiere en actividades cotidianas como ver la televisión, conducir… Llegado a este punto, es imprescindible acudir a un especialista, ya que en caso de no hacerlo, la evolución de la catarata puede desembocar en una pérdida de visión más avanzada.
Cómo se diagnostica
Un examen regular de la vista es todo lo que se necesita para encontrar las cataratas y la única solución definitiva a este problema es la cirugía, indican desde el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega. Una detección precoz y una operación a tiempo, sin dejar que la catarata se desarrolle en exceso, “nos permite realizar la cirugía en condiciones óptimas y minimizando riesgos”, precisan desde el Instituto.
La pérdida de calidad de la visión no es un síntoma exclusivo de las cataratas, de ahí que los especialistas recalquen que es importante someterse de forma regular a una revisión oftalmológica. “En este caso, lo importante es tener un diagnóstico lo más precoz posible”, señalan. Si los síntomas que afectan a la visión son leves y no afectan a la capacidad para realizar las actividades habituales, puede recomendarse la adopción de una serie de medidas que ayudarán a mejorarla: cambiar la graduación de las gafas, utilizar gafas de sol, mejorar la iluminación en casa, etc.
Único tratamiento eficaz, la cirugía
No obstante, el único tratamiento eficaz para las cataratas es la cirugía, que debe realizarse cuando los síntomas empiezan a dificultar la realización de las actividades de la vida diaria. El oftalmólogo decidirá cuál es el momento más adecuado para realizar la intervención en las mejores condiciones posibles y sin apenas riesgos, señalan desde el Instituto Fernández-Vega.
En la actualidad, la técnica más adecuada es la facoemulsificación, que consiste en la disolución mediante la energía ultrasónica del núcleo del cristalino para proceder a su aspiración. El cristalino será sustituido por la lente intraocular. Esa técnica permite abordar la mayor parte de las cataratas realizando mínimas incisiones en la periferia de la córnea.
La facoemulsificación es una cirugía poco invasiva que habitualmente se realiza con anestesia local en aproximadamente 15 o 20 minutos y que permite una recuperación rápida de la autonomía. Durante el postoperatorio inmediato, el paciente puede notar escozor o alguna molestia leve que, no obstante, ni le impide el descanso, ni es necesario el uso de analgésicos.
Como en todas las cirugías, es precisa una valoración realizada por el equipo de oftalmólogos de la clínica. En ella, y en función de las características específicas del ojo del paciente y un estudio personalizado, se le informará sobre las técnicas más adecuadas y sobre las alternativas posibles a la cirugía si las hubiese.
Causas de la catarata
Aunque el desarrollo de las cataratas es lento, hay que tener en cuenta que existen diferentes factores que pueden acelerar el proceso:
Diabetes.
Tabaquismo.
Antecedentes familiares.
Lesiones inflamatorias del ojo.
Existencia de otras enfermedades oculares (glaucoma, uveítis, alta miopía, etc.).
Excesiva exposición a la radiación ultravioleta (luz solar).
Tratamientos prolongados con corticoesteroides.