9 mayo, 2025

Lesiones, fatiga, pérdida de coordinación: así afecta al rendimiento físico el estado mental de un futbolista


Todo el mundo tenemos momentos en los que estamos mejor y momentos en los que estamos peor tanto física como mentalmente. Sin embargo, en el caso de los deportistas profesionales, como los futbolistas, la presión a la que están sometidos constantemente puede hacer que los días peores se alarguen en el tiempo. Como explica a CuídatePlus Olga Albaladejo, psicóloga experta en bienestar y salud integrativa, “la presión constante a la que se enfrentan los futbolistas profesionales impacta tanto a nivel mental como corporal” y esto es así porque “están sometidos a una vigilancia continua, valoraciones externas, demandas del club, expectativas de la afición y, sobre todo, a una autoexigencia intensa”.
Esta exposición prolongada “activa el sistema de alerta, generando una liberación sostenida de cortisol y adrenalina que, mantenida en el tiempo, puede provocar alteraciones del sueño, fatiga acumulada, cambios en el apetito, tensión muscular elevada y pérdida de coordinación”.
Y todo esto no sólo merma el rendimiento físico, sino que “incrementa significativamente el riesgo de lesiones, como demuestra el modelo de Estrés y Lesión de Williams y Andersen”.

Efectos físicos del estado mental

Cada vez hay más estudios que evidencian que tener un buen estado mental se refleja en la salud física. De hecho, el malestar psicológico suele reflejarse en el cuerpo. ¿Cómo? En el caso de los futbolistas, pueden aparecer problemas en forma de “contracturas, fatiga sin causa médica clara, problemas digestivos, mayor sensibilidad al dolor o lesiones repetidas”, apunta la experta quien añade que “estos son solo algunas señales”. También “puede afectar al sistema inmunológico, dificultar la recuperación y alterar el control motor”.
Por su experiencia en el campo de la psicología, “la ansiedad, el miedo o la tristeza no abordados como corresponde se convierten en bloqueos corporales y disfunciones”. 
En el caso concreto de los futbolistas,“cuando se supera el umbral óptimo de activación, la ansiedad compromete la coordinación, el tiempo de reacción y la percepción del entorno, lo que disminuye el rendimiento global en el campo”.
En relación a la pregunta de qué es lo que más afecta a un jugador, en el plano psicológico, la experta señala que “la falta de confianza en uno mismo y la percepción de amenaza constante sin herramientas para afrontarla son dos de los mayores factores desestabilizadores”.
En opinión de la psicóloga, “si un jugador siente que no está a la altura, que puede fallar o que será duramente juzgado, su atención se fragmenta, la tensión muscular se incrementa y el juego pierde fluidez”.
A esto “se puede sumar el temor a recaer en una lesión, una autocrítica intensa o el arrastre de conflictos personales no resueltos”. Sobrellevar esto sin un entorno emocionalmente seguro, hará que el cuerpo “no responda a las exigencias del alto rendimiento”, lo que se verá en el terreno de juego en mayor o menor medida. 

Signos de alerta

Es evidente que el estado mental de los deportivas es clave para su salud pero también para el rendimiento físico y los buenos resultados en el campo. Por eso, es clave detectar a tiempo cuándo un jugador puede estar afectado a nivel psicológico y aquí el entrenador tiene un papel fundamental. A juicio de la psicóloga, “un entrenador atento puede detectar variaciones en el lenguaje corporal, el ánimo o el comportamiento general del jugador”.
Algunas señales o indicios de que algo va bien serían: 
Otros signos pueden ser:
El consejo de la psicóloga es,siempre, fomentar “la escucha activa” y “tener un canal abierto de diálogo”. Estas son, a su juicio, “dos herramientas clave para detectar a tiempo y acompañar con eficacia”. Y es que, hoy en día “la gestión emocional es tan estratégica como la preparación táctica”.

¿Cuándo se puede considerar que hay un problema?

Hoy en día, en todos los clubs de fútbol profesional existen equipos de psicología que acompañan a los jugadores, y son ellos los que puede detectar problemas para tratarlos. Sin embargo es posible que la situación del futbolista se agrave suponiendo un problema de salud. En estos casos ¿cuándo hay que estar alerta? “Cuando el malestar psicológico interfiere de forma sostenida en el descanso, la motivación, la adherencia al entrenamiento o las relaciones del jugador” hay que actuar, indica Albaladejo. 
También, añade, “si aparecen síntomas como tristeza persistente, irritabilidad, evitación de situaciones clave (como competir, entrenar o hablar con la prensa) o discursos negativos sobre su valía”.
Estos signos “indican que es momento de intervenir”. En el deporte de élite, “una actuación precoz puede marcar la diferencia entre una crisis temporal y una caída prolongada”.

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