Ir de flor en flor en las relaciones amorosas no tiene por qué suponer un problema, siempre que sea una elección libre. El problema surge cuando no es algo voluntario o genera sentimientos de frustración, insatisfacción o tristeza. Sebastián Girona, psicólogo especializado en vínculos, describe a CuídatePlus el fenómeno químico detrás de las relaciones superficiales y revela el significado de enamorarse continuamente.
“Desde un punto de vista químico, el enamoramiento activa mecanismos en el cerebro que generan placer y felicidad, lo que puede llevar a una especie de adicción a esa sensación”, expone. El fenómeno químico que se produce cuando nos enamoramos “es una sensación muy intensa, muy fuerte, que tiene que ver con una descarga de adrenalina”. Implica también, según el experto, “ganas constantes de estar con la otra persona, sobre todo sexualmente”.
En definitiva, ese fenómeno químico hace “que el juicio crítico que tenemos todos los días permanezca un poco apagado”, relata el psicólogo. Por eso, apostilla, “la persona que nos gusta al principio no tiene ningún defecto: se desactivan provisionalmente la amígdala y el córtex frontal (dos estructuras cerebrales), lo que disminuye los pensamientos negativos o los juicios críticos sobre esa persona”. Al mismo tiempo, “se activan las regiones relacionadas con la recompensa y la motivación”.
Huida de las relaciones profundas
En palabras de Girona, “todo ese fenómeno químico provoca una revolución en nuestro cerebro, y esa sensación tan fuerte y tan profunda puede generar cierta adicción”. Por eso hay personas “que van saltando de flor en flor, buscando el enamoramiento y pasando de uno a otro” y que, cuando llega el momento de construir una relación profunda, “pasan al siguiente enamoramiento o, al menos, lo buscan: cortan, terminan la relación en la que están y salen a buscar la próxima”.
No obstante, el psicólogo reconoce que, además de un comportamiento adictivo, este encadenamiento de relaciones superficiales “también puede ser una forma de disfrazar o disimular los temores que estas personas tienen para entablar relaciones profundas de amor”. Muchas veces, argumenta, “detrás de este ir de flor en flor, aparecen miedos a construir una relación duradera en el tiempo”.
Perfil de las personas que van ‘de flor en flor’
Las personas que se enamoran continuamente suelen tener, según Girona, “una necesidad emocional fuerte de conexión y validación”. También tienden a “idealizar al amor y proyectar sus expectativas, que suelen ser bastante altas, en cada relación o encuentro”.
Son, en general, personalidades “más impulsivas que reflexivas, lo que las lleva a enamorarse rápidamente”. Con frecuencia “tienen baja autoestima o una necesidad de validación”. El experto en vínculos señala que estar enamorado constantemente puede ser también “una forma de llenar un vacío emocional o de buscar aprobación externa, ya que en ese estado se sienten valorados e importantes”. En algunos casos puede existir una relación “con la dependencia emocional”.
Posibles consecuencias
En cuanto a las consecuencias que, a la larga, conlleva ir de flor en flor, Girona apunta que se puede pensar que protege de los inconvenientes que presentan muchas relaciones de pareja, pero también “les impide construir relaciones de profundidad que les hagan sentir bien con ese vínculo”. Al final, su forma de relacionarse “siempre va a ser superficial, siempre va a ser frágil, y si lo que estás buscando es una relación de mayor profundidad, te va a provocar frustración”.
Recomendaciones del psicólogo
Antes de replantearse la forma de establecer relaciones amorosas, el psicólogo considera primordial “ver la película completa”, ya que “a veces solo nos fijamos en lo que podemos perder en una relación profunda, pero no en lo que podemos ganar de esa relación”.
Estima igualmente importante “poder preguntarse a uno mismo qué es lo que quiere para su vida sentimental: si quiere estar saltando todo el tiempo con esa sensación de adrenalina o si realmente quiere un amor más profundo”.
Si lo que se pretende lograr es un amor profundo, “esa construcción inevitablemente requiere trabajo”, advierte el experto. Por último, cree que “desidealizar un poco la lógica del amor” constituye un buen consejo “para las personas que van de relación superficial en relación superficial”.