Diferenciar un granito que aparece en el borde del labio de un herpes labial no siempre resulta sencillo. CuídatePlus ha preguntado a Isabel del Campo, dermatóloga del Instituto de Dermatología Integral, para poder distinguir una cosa de la otra.
La experta detalla que ambos cuadros médicos se manifiestan con una protuberancia roja que puede ser molesta o incluso doler si se toca. Sin embargo, su evolución es diferente. ‘‘El grano se quedará siempre en el borde del labio, mientras que el herpes (causado por el virus del herpes simple) se extiende por la mucosa labial’’, aclara.
Los granos en esta zona del rostro aparecen por las mismas causas que los de cualquier otra parte del cuerpo. Tal y como señala la especialista, ‘‘un poro se tapona porque se ha producido una acumulación de grasa y de células muertas, dando lugar a una infección bacteriana con resultado de inflamación y acumulación de pus’’. Estos granitos son especialmente dolorosos debido a su localización y, como en cualquier otro caso, ‘‘no hay que manipularlos para evitar que se formen nódulos y aparezcan cicatrices’’, advierte.
Por su parte, el herpes también se inicia como una pequeña protuberancia roja pero, además de dolor, presenta ardor y sensación de hormigueo. ‘‘Posteriormente, aparece una vesícula con líquido que normalmente se rompe, apareciendo una costra, aunque no deja cicatrices’’, explica del Campo, quien añade que una vez que se ha curado (entre 7 y 14 días) es posible que vuelva a aparecer ya que el virus no desaparece, sino que queda inactivo y puede desarrollarse de nuevo en momentos de estrés, fiebre o en una bajada de las defensas.
¿Un granito puede aparecer dentro del labio?
Un grano no puede desarrollarse dentro del labio ya que este carece de glándulas sebáceas. Eso sí, la dermatóloga indica que lo que sí puede aparecer es una especie de abultamientos blancos, que son las denominadas glándulas de Fordyce.
Sobre estas, la experta tranquiliza: ‘‘Son totalmente benignas y suelen tener un tamaño que oscila entre uno y tres milímetros. Normalmente, surgen en la pubertad y si causan malestar estético pueden tratar de eliminarse con láseres de CO2 o crioterapia, aunque siempre hay que advertir al paciente que pueden volver a aparecer’’.
¿Cuál será el tratamiento en cada caso?
Del Campo insiste: si se tiene un granito en la comisura o en el borde de los labios, es fundamental no manipularlo. Para que la curación sea más rápida, se pueden emplear cremas con peróxido de benzoilo y/ o antibióticos tópicos, que también se recomiendan en caso de granos de acné en otras zonas del rostro. Sus efectos aceleran la curación, asegura la dermatóloga.
En cuanto al herpes, tampoco hay que tocarlo. “Para evitar que las molestias se alarguen demasiado en el tiempo, se puede pautar la aplicación tópica de aciclovir o, incluso, antivirus por vía oral”, indica.
¿Cómo prevenir el acné en el labio?
Del Campo apunta algunas pautas para prevenir el acné facial, incluida la zona de los labios:
Seguir una adecuada higiene diaria, tanto por la mañana como por la noche.
Usar productos no comedogénicos (aquellos con componentes que obstruyen los poros).
Mantener una alimentación adecuada y equilibrada (en la que se evite o minimice el consumo de alimentos ultraprocesados, harinas refinadas y los azúcares), así como el evitar lo máximo posible las situaciones de estrés porque pueden desencadenar un brote de acné.
¿Y el herpes labial?
A pesar de ser un virus latente que puede reactivarse en diferentes momentos a lo largo de la vida, “el herpes labial puede prevenirse en la medida de lo posible evitando situaciones que disminuyan nuestra defensas”, destaca la dermatóloga. En este sentido, aconseja evitar el frío intenso y la falta de hidratación, así como la exposición solar sin el uso de un fotoprotector labial.
Asimismo, el hecho de morderse los labios y tenerlos humedecidos continuamente (algo que se hace de manera inconsciente) puede ser un factor de riesgo para su aparición. “Reducir el estrés es otra forma de prevenir el desarrollo de un herpes labial, así como una dieta con deficiencias nutricionales que puede desencadenar una bajada de las defensas”, agrega del Campo, quien agrega que la práctica regular de ejercicio disminuye el estrés y mejora el sistema inmune.